| Primero la libertad |
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| Como si a un boxeador en KO le sonara la campana... ¿Acercaría el levantamiento del embargo la democracia a Cuba o, por el contrario, la alejaría aún más? |
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| por ORLANDO FONDEVILA, Madrid |
Parte 3 / 3 |
Cuando los defensores del embargo a Castro recuerdan que muchos de los que se le oponen apoyaron en su día el embargo a Sudáfrica, se les dice que es un caso distinto, porque aquellas sanciones prohibían las inversiones discriminatorias, pero incentivaban las que respetaban a la mayoría negra. Pero es que en Cuba a quien se discrimina es a toda la población. El Comandante sólo admitiría, como hasta ahora, inversiones donde su régimen fuera el socio empresarial, en ningún caso los cubanos de a pie. En su peor momento, el sistema toleró algunas pequeñísimas actividades por cuenta propia, las que ha ido ahogando a medida que ha obtenido otros recursos. Todo seguiría igual. O peor. Negocios con los extranjeros y miseria, explotación y represión para los nacionales.
¿De qué apertura a la economía de mercado se está hablando? ¿Cómo plantear que "la economía de mercado es el primer objetivo y junto a ella, o como su resultado, las instituciones democráticas"? ¿De dónde concluyen que la economía de mercado conduce per se a la democracia? ¿Y el ejemplo chino? ¿Y el vietnamita? ¿Y el de cualquier dictadura de las conocidas en América Latina, en África o en Asia? No, justamente la prioridad cubana debe ser la libertad y, junto a ella, o como su resultado, una transición ordenada hacia una economía de mercado.
Hay que recordar, por último, una significativa anécdota. Finalizada la Segunda Guerra Mundial y excluida la España de Franco de las ayudas del Plan Marshall, algunos opositores a la dictadura, señaladamente el socialista Negrín, defendieron la propuesta de que "contra Franco todo, contra España nada", y pidieron que se ayudara a España. Todos los socialistas españoles, y los comunistas, toda la izquierda se enfrentó airadamente a Negrín. Ni una gota de oxígeno para el régimen, clamaban. Curiosamente, ahora todos los de esa orientación política quieren que se le den ríos de oxígeno a Fidel Castro.
Quienes conocen bien lo que es el sistema totalitario, quienes han aprendido las lecciones de la historia, saben que no es con "suavidades" que se consigue derrotar a estos regímenes. Incluso la historia reciente muestra cómo ocurrió la caída de la Unión Soviética y de los países socialistas de Europa del Este. Mientras los "moderados", los "pacifistas" y la izquierda en general denostaban a Reagan por su política de fortalecimiento militar y el desarrollo de la llamada "guerra de las galaxias", justamente esta política de firmeza fue la que ahondó dramáticamente las dificultades económicas soviéticas, posibilitando la toma de conciencia en toda la sociedad, e incluso en las altas esferas del poder, de que se imponía un cambio. Contra el totalitarismo no cabe sino la firmeza. La presión. Todo tipo de presión: la de la heroica disidencia pacífica y toda la que pueda acorralar al régimen. Por las buenas, por la lógica, por la persuasión, éste nunca cederá. Sólo la certeza de que peligra su poder puede obligarlo a iniciar el camino de las reformas, y no únicamente las económicas, sino las políticas. Cualquier otra cosa es condenar a la esclavitud a más generaciones de cubanos.
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