AFP/ Washington. El Gobierno de Estados Unidos advirtió ayer a La Habana que sería "irresponsable y un mal servicio al pueblo cubano", denunciar o socavar los acuerdos migratorios vigentes entre los dos países.

Mediante dichos acuerdos, firmados en 1994 y 1995, los dos gobiernos se comprometieron a disuadir la emigración ilegal en balsas u otras embarcaciones riesgosas, y Washington prometió otorgar 20.000 visas por año a cubanos que cumplan con los requisitos para emigrar a Estados Unidos.

Fidel Castro dijo la semana pasada que podría denunciar los acuerdos, e incluso cerrar la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Ayer, 33 cubanos desembarcaron ilegalmente en los cayos de la Florida, y una organización del exilio denunció en Miami que el régimen de Castro podría estar propiciando un nuevo éxodo masivo, como los ocurridos en 1980, cuando más de cien mil cubanos salieron por el puerto de Mariel, y en 1994, cuando la salida de otros treinta mil motivó la negociación del primer acuerdo migratorio.

Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, se negó a comentar la especulación sobre un posible nuevo éxodo, pero subrayó que los acuerdos migratorios "han cumplido en buena medida su propósito principal de promover una emigración segura, legal y ordenada entre Cuba y los Estados Unidos".

"Anular esos acuerdos, o promover movimientos migratorios al margen de acuerdos que están salvando vidas, sería irresponsable y un mal servicio al pueblo cubano", dijo Boucher.

"Por eso pensamos que es muy importante respetar esos acuerdos, y que toda emigración ocurra en el marco de los mismos. En el mismo sentido, nosotros apreciamos expresiones responsables de apoyo por una migración ordenada y legal, a través de los acuerdos, como el único canal apropiado para facilitar esa migración", añadió el vocero oficial.

El mes pasado en Nueva York, Estados Unidos y La Habana sostuvieron una ronda rutinaria de conversaciones sobre la implementación de los acuerdos migratorios, pero Boucher dijo no saber si en esas conversaciones los funcionarios del régimen mencionaron la posibilidad de denunciar los acuerdos.

La ruptura de esos acuerdos podría describirse como "un acto de guerra" contra Estados Unidos, según Hermanos al Rescate, que invita a los cubanos de la Isla a sumarse a la lucha de la disidencia interna, "preferible al éxodo constante de nuestra patria".

Según la organización, lanzar una nueva oleada de inmigrantes ilegales hacia la Florida serviría al régimen de Castro para "inundar Estados Unidos con espías, terroristas y agitadores".

Hermanos al Rescate anunció que "suspenderá indefinidamente sus vuelos de búsqueda y rescate si Castro lanza un éxodo masivo", y pidió en un comunicado a los ciudadanos cubanos que no se presten a esta "maniobra".

La ley vigente sobre la materia en Estados Unidos configura una política que ha sido descrita como "de pies secos o pies mojados", según la cual Washington devuelve al régimen a los inmigrantes ilegales interceptados en el mar, pero admite y otorga residencia a todo el que logra llegar a tierra firme estadounidense.

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