Con amargura y angustia hemos observado cómo ha sido llevado el pueblo a una encrucijada diabólica, propuesta por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y apoyada por las supuestas organizaciones no gubernamentales. Se plantea que en nuestra patria no podrán realizarse cambios políticos, económicos ni sociales. Ningún ejemplo en la historia de la humanidad se acerca a una demostración tan clara de tozudez, inercia e inmovilismo.

Esta fue la respuesta del régimen a cualquier intento de democracia, esfuerzo inútil, gestión estéril de los promotores.

Con apatía, desgano, sintiéndose atado por una Central de Trabajadores oficialista, por un único patrón, con los hijos estudiando en el único medio de enseñanza, con un empleo dependiente de su "actitud" ante el reclamo del régimen totalitario, en silencio lastimoso, desfiló desesperanzado por las mesas de firmas un pueblo que no espera nada.

Nuevamente la historia nos ha dado la razón. Los cubanos saben que firmen o no firmen, no existirá ningún cambio. Y si no firman, serán sometidos al ostracismo, despojados de sus trabajos y verán a sus familias hundirse aún más en la miseria y las necesidades que vive este pueblo. Pero intentar un diálogo con el régimen, además de un esfuerzo inútil, significa una traición a nuestros muertos.

En resumen, esta propuesta de las "Organizaciones Muy Gubernamentales" significa única y exclusivamente la perpetuidad del totalitarismo en nuestra patria. Es la paradoja de la "Reforma para la No Reforma".

En relación con lo que ello significa para la oposición, la respuesta es muy sencilla: acentúa a límites insospechables el "Fuera de juego" a que estamos sometidos. Ahora, con más evidencia, todas nuestras acciones se convierten en actos anticonstitucionales, de modo que el régimen contaría con una herramienta más (aunque realmente nunca las ha necesitado) para justificar el acoso, el hostigamiento, la persecución y el encarcelamiento de los que nos oponemos a un sistema oprobioso e inhumano.

Ni este proyecto, ni cientos de miles que inventen las mentes calenturientas y seniles de los testaferros del régimen, nos amedrentarán. Cualquier sacrificio por la patria es pequeño si con él logramos librar a nuestro pueblo del sufrimiento alienante a que ha estado sometido por más de 40 años.

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