| Joe García: Más allá del debate sobre el embargo |
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| En exclusiva con el director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA). |
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| por IVETTE LEYVA MARTíNEZ |
Parte 5 / 5 |
Llama la atención que usted, que no nació en la Isla ni ha estado allí, se dedique a la política en favor de la democracia en Cuba con tanto apasionamiento. ¿Cómo se ve a sí mismo el día en que se produzcan los cambios democráticos esperados?
Cuando voy a la radio la gente me dice: "cuando vayamos a Cuba". Señores, yo quisiera viajar a Cuba, visitar Cuba, pero no estoy en la FNCA para después ir a Cuba a reclamar algo. Mi familia era pobre por los dos lados; mi abuelo materno era un guagüero que manejaba la ruta 7 del Cotorro a La Habana, que no tenía casa propia, que rentaba, que estudió un cuarto o un sexto grado. Por el otro lado, mi abuelo paterno era veterinario; esa parte de la familia tenía una casa de tres cuartos que daba a la carretera Central, donde hoy en día viven, tengo entendido, el jefe de la policía del Cotorro y otras familias. Esa casa, cuan buena esté, ¿quién va a quererla? Que el jefe de la policía disfrute la casa de mi abuelo.
No es que yo desprecie Cuba, me encantaría estar en Cuba y disfrutar del futuro de Cuba, pero coño, hay tantas gentes capaces en Cuba que Joe García no es necesario.
Me encantaría estar sentado ahí [en Cuba] cuando tome posesión un nuevo Gobierno. El otro día estuve en la toma de posesión de Enrique Bolaños, en Nicaragua; me dio alegría y enseguida un profundo sentimiento de fracaso: de fracaso por mi parte, por parte de mi nación, porque no hemos llegado. Tanto que el exilio se ha comprometido en esta lucha... y todavía.
¿Cuál sería la labor de la FNCA tras la desaparición del régimen castrista?
Espero que la FNCA siga funcionando como un instrumento para Cuba, para proyectar una nueva Cuba, para crear oportunidades, para crear fondos que se inviertan en Cuba, para hacer como hacen los judíos. El país que más subsidios norteamericanos recibe actualmente es Israel, porque los judíos en este país hacen cabildeo para que Israel sea apoyado. Y me parece que sería un papel muy honesto, o muy justo, después de que Cuba sea libre.
Qué bonito fuera el concepto del cubano transparente, que pueda entrar y salir del país, que le traiga beneficios a su patria; el de que la riqueza de Cuba —ya que existe un exilio fuerte— pueda estar también en instituciones financieras del extranjero y pueda servir para hacer préstamos internos a la nación.
Lo único que ha hecho la FNCA es traer responsabilidad al exilio. Por naturaleza, el exilio es una entidad carente de poder real al estar trasplantada de su entorno, de donde debiera tener efecto. Y [la FNCA] creó por primera vez una voz consecuente, que decía: "¿Tú quieres que el voto cubano tenga una cosa más allá de la retórica? Tú tienes que hablar con la FNCA como representación institucional de ese gran exilio". Y no te digo que representamos a todo el mundo, pero representamos ese espíritu de lucha, de la consecuencia en las acciones, de la responsabilidad. ¿Qué grupo ha hecho eso, con el Programa Éxodo, de buscar a todos nuestros hermanos en terceros países? Yo viajé [para eso] 17 países.
Vamos a tener que mirarnos a nosotros mismos, los que nos fuimos y los que nos quedamos. Vamos a tener esa oportunidad, de reexaminar qué es lo bueno de nosotros, qué hemos logrado, y eso es lo más bonito, que vamos a reconocernos en lo que nos une: la gran cultura cubana.
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