| Otra vez, malos augurios |
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| Una zafra adelantada que, a expensas de la actual coyuntura económica, no promete mucho. |
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| por OSCAR ESPINOSA CHEPE |
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Con la puesta en funcionamiento de los complejos agroindustriales 14 de Julio, de la provincia de Cienfuegos, y Enidio Díaz, de Granma, se inició la zafra azucarera 2001-2002. A ellos seguirán otras unidades productivas en los próximos días, adelantándose así los planes previstos de comenzar la zafra en diciembre.
La razón expuesta para justificar el adelanto en las labores del 14 de Julio es que sus cañas fueron dañadas por Michelle, de ahí que se requiera procesarlas antes de que los perjuicios sean mayores. En cuanto al Enidio Díaz, los motivos deben ser otros; su ubicación, distante de la zona de desastre, así lo indica.
Algunos especialistas estiman que el inicio anticipado de esta zafra, en una época en que la caña aún no alcanza su madurez, responde a que las reservas de azúcar del país están agotadas y se necesitan urgentemente algunas cantidades para enfrentar los requerimientos del consumo interno, así como los compromisos de la exportación. Prueba de lo anterior es que ahora mismo la cuota de azúcar crudo vendida a la población por la cartilla de racionamiento, a razón de 2 libras mensuales, procede de Brasil.
El monto proyectado de la zafra no se ha informado. Se estima que debido a un mejor régimen de lluvia en lo que va de año, el desarrollo de la gramínea sea superior. Al mismo tiempo quedaron, de la contienda anterior, alrededor de 3,2 millones de toneladas de caña en pie, ubicadas fundamentalmente en las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas, por lo que las disponibilidades de materia prima serán algo mayores a las existentes en la zafra 2000-2001. Sin embargo, un comienzo tan temprano, alejado del momento óptimo para el procesamiento de la caña, pudiera reducir sensiblemente el rendimiento industrial, lo que resultaría en una deficiente utilización de esa materia prima.
La zafra se llevará a cabo con menos recursos que la anterior, dada la actual coyuntura económica. En ello influye la desvalorización de la moneda nacional, lo cual incide negativamente sobre la motivación laboral, el factor que históricamente más ha afectado a la agroindustria azucarera.
A esto hay que agregar los daños causados por el huracán Michelle —especialmente sobre las plantaciones de las provincias centrales—, al acostar la caña dificultando la mecanización de la cosecha, por lo cual habrá que movilizar fuerza de trabajo adicional para los cortes manuales.
Aunque eventualmente existan mayores cantidades de la gramínea, están presentes otros elementos que podrían limitar considerablemente los efectos positivos de este hecho. Otra vez, malos augurios.
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