| México visto desde Cuba |
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| ¿Crisis económica en México o crisis de información en La Habana? |
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| por MARTHA BEATRIZ ROQUE |
Parte 2 / 3 |
Sin lugar a dudas, son dos opiniones completamente distintas, no obstante, la vinculación que hace el señor Martínez con el crecimiento del PIB de los últimos diez años, es digna de ser analizada.
México, con sus 97,4 millones de habitantes, constituye un puente entre América del Norte, América Central y el Caribe. Ha mantenido sus relaciones con Cuba y hasta algunos años, el presidente Fidel Castro acostumbraba en sus discursos a ponerlo como ejemplo de soberanía.
También tiene relaciones con otros muchos países y bloques que resultan de gran interés, en particular el 1 de octubre de 2000, entró en vigor el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la Unión Europea, el cual contiene tres vertientes: diálogo político, cooperación y comercio. El Acuerdo Global es el instrumento más amplio y ambicioso que la Unión Europea ha firmado con un país no miembro.
En el pasado decenio, en diciembre de 1994 surgió en México una grave situación de emergencia económica, que se presentó por factores incubados de tiempos atrás —no en unos días como algunos quisieron sostener—, entre ellos estaban presentes un enorme y creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que se estaba financiando con entradas de capital de muy corto plazo; la acumulación de deudas con vencimiento casi inmediato por 41 mil millones de dólares; una fuerte inercia de fugas de capital generada en varios episodios a lo largo de 1994; una política de rigidez cambiaria sin adecuado sustento fiscal ni financiero; un sistema bancario sumamente quebrantado y una economía con crecimiento muy bajo a pesar de la disponibilidad sin precedente de ahorro externo.
Durante los primeros meses de 1995 el país vivió bajo un riesgo enorme, por una insolvencia absoluta y una contracción económica de varios años, que hubiera traído aparejada la pérdida de millones de empleos.
La crisis de 1995 significó una caída del 6,2% del PIB, una altísima inflación de 52% y una tasa de desempleo que en agosto de ese año llegó hasta el 7,6% de la población económicamente activa. Pero todo esto se superó relativamente pronto y desde 1996 la economía mexicana ha venido creciendo sostenidamente. Este crecimiento es mayor a lo observado en todos los países de América Latina en el mismo período.
También la economía mexicana en este proceso tuvo que superar otras pruebas venidas del exterior, como fueron las turbulencias financieras de Asia y diversos países emergentes ocurridas entre 1997 y 1998, así como el desplome de los precios del petróleo en 1998.
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