Viernes, 30 noviembre 2001 Año II. Edición 247 IMAGENES PORTADA
Desde...
Miami: Celia y la cubanía

por ALEJANDRO RíOS  
Celia Cruz

Lara es una americana conversa, embrujada por la música cubana, y danza ensimismada sobre la pista estricta del Café Nostalgia junto a otras parejas de casineros, mientras se espera la llegada de la reina Celia Cruz, quien viene a presentar su más reciente disco compacto, La negra tiene tumbao, y un libro que tuvo la deferencia de prologar, Cubantime. "Bailar en cubano cada cierto tiempo es muy importante para mi salud espiritual", apunta la americana.

Luego de una tensa espera, Celia de Cuba y del mundo arriba, finalmente, envuelta en un enjambre de periodistas y fanáticos. Pepe Horta, el dueño del Café, se abre paso en la muchedumbre para rendirle pleitesía. Lara regresa a la realidad, abre sus ojos entrecerrados. Los "pasillos" y coreografías han quedado como suspendidos en el aire mientras desciende una pantalla del techo donde se proyecta el vídeo-clip de La negra tiene tumbao, producido por Sony Records.

Se escucha una suerte de batucada que acompaña la voz tronante de Celia. En el mínimo filme musical, una negra casi divina, de piernas insólitas, camina semidesnuda por una ciudad "el día que paralizaron la tierra".

Tráfico congestionado, cabezas que se viran, hombres en reverberación y la negra soberbia y risueña, que "tiene tumbao" y "no camina d'lao", patrulla lentamente esta urbe imprecisa, como fiera en celo.

Celia aparece de modo intermitente en la pantalla, incluso "rapeando", enfundada en diversos atuendos, pelucas y zapatos "siderales", algunos de los cuales ya han sido atesorados por el Museo Smithsonian.

La sonera se coloca a la vanguardia de su propio arte, sin tregua ni descanso y ya se comenta que el nuevo vídeo tendrá que ser moderado para que alcance la pantalla chica, como si se tratara de la música de una joven y herética rockera.

El público ruge al concluir la proyección y la guarachera agradece con humildad y no entiende, luego de tantos años, que nosotros somos los agradecidos y habría que inventarla si no existiera.

Más temprano, al mediodía, compareció ante la prensa en el restaurante Versalles, meca de La Pequeña Habana. Fue cuando un periodista americano, cansado de no entender las preguntas y respuestas en español, le rogó, al menos, una palabra en inglés, a lo cual muy presta le respondió su alteza: ¡Sugarrrrrrr!

Celia ha confesado que por estos días prefiere no salir al balcón de su apartamento en Nueva York, como hacía usualmente, para no lidiar con el triste paisaje de las torres gemelas ausentes en el horizonte de la ciudad. Sin embargo, otro de los propios cortes promocionales de su nuevo disco, Hay que empezar otra vez, sintetiza la filosofía que anima la vida de la infatigable artista.

Cubantime. Una celebración de las costumbres cubanas en los Estados Unidos (Ed. Silver Lining Books, Nueva York), con textos en inglés y español de Giselle Balido y fotografías de C. M. Guerrero, es el libro que Celia Cruz introduce con palabras sentidas, presentado esa misma noche en Café Nostalgia: "...es un tributo a todos aquellos que en el exilio han sabido mantener vivas nuestras raíces; a todos los que han luchado y han prosperado en este maravilloso país, al que tanto le agradecemos y al que tanto queremos...".

Celia, Balido y Guerrero han dilucidado, como en un gran retablo, claves de la cubanidad que han resultado por mucho tiempo una suerte de misterio para pensadores y ensayistas.

El libro completa la noche, palpitan con vida sus fotografías de encendidos colores donde interactúan algunos de los más famosos criollos con personas y familias que ahora mismo nos llenan de orgullo en Miami, New Jersey, Tampa y Cayo Hueso, porque no se amilanaron ante los numerosos obstáculos y reconstruyeron sus vidas y las de tres generaciones en uno de los exilios más exitosos que recuerden los desplazamientos humanos por el mundo.

Razones suficientes para que Lara, la americana, hable español y baile, obsesiva, al son de Celia Cruz, y cierta señora ecuatoriana se me acerque en la penumbra del Café Nostalgia y me diga: "lo que más admiro de los cubanos es... esa forma tan perseverante que tienen de ser cubanos".


Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

La Habana: Terrorismo en martes 13
JORGE OLIVERA CASTILLO
Lima: Reflexiones sobre la XI Cumbre Iberoamericana
DAVID RODRíGUEZ CUPER
Madrid: En busca del piso perdido
BEATRIZ FERNáNDEZ
La Habana: Tres días de silencio
MANUEL VáZQUEZ PORTAL
La Habana: Landaluze 2001
LUIS CINO
Alabama: Los visitadores y el escribidor
RAFAEL E. SAUMELL
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
COLUMNISTAS
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Art Nouveau
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Soto
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.