Jueves, 05 diciembre 2002 Año III. Edición 509 IMAGENES PORTADA
Deporte
Prórroga con sabor a ultimátum

Al menos con dos años más de vida, el béisbol olímpico enfrenta, sin embargo, su inminente desaparición.
por JORGE EBRO, Miami  
Aldo Notari
Aldo Notari, presidente de la FIB

Al béisbol olímpico le han concedido un plazo de subsistencia encañonado con una pistola que tiene una bala en el directo. El COI le ha dado al menos dos años más de vida, pero no garantiza ni un día más luego del fin de los Juegos de Atenas en 2004.

La posición del organismo que rige los destinos del deporte mundial es bien clara: si el béisbol quiere permanecer en el seno de la familia olímpica tiene que presentar a sus más altos exponentes, es decir, a los jugadores de Grandes Ligas.

En la recién terminada reunión anual del COI en Ciudad México se evadió el tema de la eliminación del béisbol —junto con el pentalón y el sóftbol— porque los delegados no quisieron enzarzarse en una bizantina discusión con países como Cuba y Japón, principales abanderados del continuismo.

En su declaración final, el COI garantiza la celebración de las competencias de béisbol en la capital de Grecia —un país al que le importa un bledo que haya o no jonrones en sus juegos—, pero asegura que no tolerará en el futuro próximo eventos de bajo nivel con jugadores que, salvo raras excepciones, vienen a ser algo así como los descartes abandonados por las ligas profesionales establecidas.

Por supuesto, Cuba fue la primera en aplaudir la moratoria. El béisbol es la insignia del deporte de la Isla, donde va comprometido el orgullo de la nación entera, sobre todo si el enfrentamiento es contra Estados Unidos. Se puede perder la olimpiada, pero no en el pelota y menos contra el enemigo jurado.

Sin embargo, de no ocurrir un milagro, se le puede decir adiós al béisbol en las citas estivales. Lo que pide el COI, muy entendible para quienes no están cercanos al tema, es casi un sueño que se desmorona al chocar contra las poderosas estructuras de las Grandes Ligas.

La Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas no es la FIFA, que ordena y manda omnipresente y todopoderosa sobre los circuitos profesionales del fútbol internacional. En el gran circo estadounidense, los clubes tienen preferencia absoluta sobre los jugadores. Pagaron por ellos y protegen celosamente su inversión.

Olvídense de ver en una olimpiada a Barry Bonds, Jason Giambi o Roger Clemens. Ni los Gigantes de San Francisco, ni los Yankees de Nueva York admitirán que sus peloteros vayan a un torneo remoto, donde pudieran lesionarse y malograr una temporada entera.

El otro gran problema es el de los países que cuentan con suficientes peloteros de calidad en las Grandes Ligas como para armar un equipo capaz de vencer a Estados Unidos, como sucedería con República Dominicana, Puerto Rico o Venezuela. De Cuba... mejor ni hablar.

En la mayoría de los casos, las franquicias de Grandes Ligas no permiten que sus peloteros foráneos asistan a los torneos invernales en sus respectivos países —de ahí el fracaso de las últimas Series de Caribe—, y el ejemplo perfecto es el dominicano Sammy Sosa, quien únicamente va a Quisqueya a ver a su familia. Así que sería mucho más difícil que les dieran el visto bueno para acudir a unos Juegos Olímpicos.

El presidente de la Federación Internacional de Béisbol —que es inexplicablemente, y desde hace varios años, un italiano (ya con eso uno puede comenzar a explicarse el fracaso del intento)—, Aldo Notari, está haciendo juegos malabares para encontrar un punto medio que equilibre los intereses olímpicos con los de las Grandes Ligas.

Ha propuesto, entre otras cosas, celebrar un evento de sólo cinco días, con el mínimo de juegos, para que las Ligas Mayores, a su vez, detengan por ese breve lapso de tiempo su temporada y dejen partir a sus mejores hombres en pleno verano, cuando realmente empieza a cobrar auge entre los millones de fanáticos.

No va a suceder. Al menos no por ahora. En Estados Unidos las olimpiadas importan, pero no más que la sacrosanta campaña de béisbol. Las Grandes Ligas han seguido su curso a pesar de dos Guerras Mundiales, a pesar del 11 de septiembre de 2002 y no se van a detener para abrirle espacio a una olimpiada. A este último nivel, el béisbol ya ha empezado a morir.


Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Juegos descafeinados
IVáN GARCíA, La Habana
Béisbol: El Bárbaro del madero
IG, La Habana
Suspendido en el silencio
JORGE EBRO, Miami
Sotomayor: por fin era cierto
ADOLFO FERNáNDEZ SAíNZ, La Habana
Aunque no lo escuchen en La Habana
JORGE EBRO, Miami
Todo el pescado vendido
IVáN GARCíA, La Habana
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
INTERNACIONAL
DEPORTE
rapidísimas
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Mini
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Ventilador
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.