Jueves, 05 diciembre 2002 Año III. Edición 509 IMAGENES PORTADA
Deporte
Todo el pescado vendido

La novena cubana accede a la discusión del primer puesto en la XV Copa Intercontinental de Béisbol.
por IVáN GARCíA, La Habana  
José Ibar
José Ibar enfrenta a la artillería nipona

El noveno título para Cuba en una Copa está al doblar la esquina. El béisbol no es una ciencia exacta, un juego lo pierde o lo gana cualquiera, pero la selección cubana es bastante superior al resto. Y a partir de este miércoles 20 de noviembre dirimirá quién es el campeón de la XV Copa Intercontinental celebrada en La Habana.

La novena de la mayor de las Antillas comenzó ganando por lechada de 5 a 0 frente a Holanda, con excelente faena del tirador derecho José Ibar, quien en 8 innings ponchó a 13. Luego, en fila, superó 8 a 7 a Japón, con triunfo de Orelvis Ávila en rol de apagafuegos.

A los de Venezuela los noqueó 13 por 2 y sonrisa para Ifreidi Coss. A República Dominicana, 9 por 3, con victoria de Yadel Martí, y a la frágil República Popular China cómodamente: 12 por 1, con el segundo crédito para el joven espirituano, de 19 años, Ifreidi Coss.

Los cubanos jugaron al tran-tran. Sin muchos sobresaltos. A la siguiente ronda, que se jugó en La Habana, pasaron los cuatro primeros equipos del grupo A, y otros cuatro de la llave B, efectuada en la provincia de Matanzas.

Se conformaron dos llaves, que quedaron integradas de la siguiente forma: en el grupo 1, Cuba, Japón, Panamá e Italia; en el 2, Corea del Sur, Venezuela, República Dominicana y China Taipei.

Se jugó un todos contra todos en cada llave. Y de nuevo los cubanos se impusieron sin grandes contratiempos. A Japón, que venía precedido de cierta fama por tener en su nómina a 15 peloteros profesionales, le ganaron 5 por 0 con una extraordinaria labor de José Ibar, quien con su recta de 94 millas y su bola de nudillos fue un enigma para los muchachos con ojos de alcancía.

Con Italia fue una práctica de bateo. Salieron airosos 11 por 0 con triunfo del veloz Maels Rodríguez, quien a pesar de no estar al cien por ciento, debido a una terrible hernia discal que lo alejó del diamante por 20 días, sigue siendo el rey del ponche. En cuatro innings ponchó a nueve, y su recta, aunque todavía no frisa las 100 millas, sigue siendo un lanzamiento fantasma para los rivales.

En este torneo Cuba ha sido un equipo en toda la extensión de la palabra. Vea usted: algunos de sus hombres parecen algo agotados por estar todo un año completo jugando al béisbol. El primer bate, Eduardo Paret, y su tercer madero, Frederick Cepeda, no han estado bien. Pero para tapar la ausencia de ofensiva ahí están Michel Enrique y el tremendo Bárbaro Cañizares. En los tres departamentos del béisbol —ofensiva, defensa y pitcheo— el equipo luce estable. Promedia 300, su pitcheo es el mejor de la justa, con 2.16, y su fildeo también es el número 1, con 987.

El líder de bateo fue el tercera base cubano Michel Enrique, con average de 526; el de impulsadas Bárbaro Cañizares, con 11; y el japonés Katzaki Furuchi encabezó los jonrones, con cuatro. En el pitcheo, las palmas para el cubano José Ibar, con 0.00 PCL y 13 ponches, líder en ambos departamentos.

Atrás quedó la etapa clasificatoria de cuartos de final. Ahora comienza lo bueno: la lucha por el oro contra Corea del Sur. Y si no sucede un Latinoamericanazo, Cuba se alzará con la Copa, porque ha sido el mejor.


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