| La elección del camino |
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| Para ingresar al mejor béisbol del mundo, José Ariel Contreras deberá escoger entre dos opciones eventualmente dudosas. |
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| por JORGE EBRO, Miami |
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Nada más conocer que el lanzador José Ariel Contreras había puesto un pie en los Estados Unidos, el teléfono de su abogado y representante, Jaime Torres, no cesó de recibir llamadas.
La gran mayoría de los gerentes generales —que son los que al fin y al cabo aprueban presupuestos y contratan jugadores— de los equipos de Grandes Ligas tantearon el terreno sobre el cual se movía el cubano para, una vez llegada la hora de la verdad, ponerse a sacar cuentas.
Ya se sabe que el espigado lanzador pinareño pide un bono de 14 millones y medio de dólares, un poco más de lo conseguido por su coterráneo de la Isla y de la patria chica provinciana, Danys Báez, quien firmó con los Indios de Cleveland y hoy está cómodamente instalado en el mejor béisbol que existe.
Si viviéramos en un mundo perfecto, Contreras no tendría problemas para recibir esa cantidad de dinero. No se duda que de los peloteros cubanos que han dado el salto a la Gran Carpa él es el que ha llegado en plenitud de condiciones.
Algunos arribaron pasados sus mejores años, y otros demasiado jóvenes. Contreras ha llegado en sus buenos 30 años. En el justo medio donde confluyen la lozanía y la experiencia. Además, el brazo de José Ariel está intacto, no ha descubierto aún la fatalidad de las lesiones.
Algunos cazatalentos de prestigio han expresado que el cubano podría pasar directamente a las Grandes Ligas sin pasar por la siempre recomendable aclimatación en las sucursales de las Menores. Es lo más probable, de ahí que tan pronto salga al mercado escuchará suculentas ofertas.
Pero el mundo de la burocracia y la leyes no es perfecto. Contreras tiene ante sí dos caminos, y de la elección —obligada por las circunstancias— que haga de ellos verá aumentar o reducir en cifras desproporcionadas la magnitud de su contrato.
El cubano podría buscar residencia en un tercer país para entrar posteriormente como agente libre a los Estados Unidos o, por el contrario, si decide quedarse, tendría que entrar a las Grandes Ligas como parte del draft que se realiza todos los años en el mes de junio.
El primer camino sería el ideal para él, porque siendo agente libre podría sentarse a esperar por la mejor oferta. Si se ve obligado a entrar por el draft, tendría que conformarse con lo que le ofrezcan sin derecho a réplica, y de seguro caería con uno de los peores equipos, que son los que primero piden en este tipo de elección.
Por ejemplo. Este año el peor equipo de las Mayores fue Tampa Bay. Si Contreras fuera el primero del draft, como es muy posible que suceda, los Devil Rays podrían escogerlo gastando tan sólo 1 millón de dólares o menos.
Cada vez es más difícil para los cubanos optar por la agencia libre, pues al parecer las naciones caribeñas no desean un encontronazo con el Gobierno de la Isla por un tema para ellos tan trivial como el futuro de un jugador que no es ni de su propio país.
Tal vez por eso, el abogado de Contreras haya mencionado la posibilidad de demandar a las Ligas Mayores por un sistema que obliga a los cubanos a pasar por el filtro del draft, pero desde ya se aventura una discusión prolongada sobre el tema, que es bastante complejo.
Existe un precedente. El habanero Rolando Viera, de los Industriales, también presentó una querella en ese mismo sentido, pero perdió y terminó firmando con los Medias Rojas de Boston por 175.000 dólares. Así que tendrán que hilar fino Contreras y, sobre todo, Torres, en busca de la mejor opción.
Contreras no es un veterano, pero tampoco puede darse lujo de perder tiempo. El draft, en junio próximo, se realizaría con la temporada casi en su mitad, mientras que como agente libre estaría listo para iniciar la campaña con algún equipo el 31 de marzo de 2003. Listo para comenzar su segunda vida como pelotero.
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