| La gran estafa |
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| La carrera por los ratings televisivos en Miami acaba de poner punto final a una de sus más descaradas engañifas: 'La vida secreta de Castro'. |
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| por IVETTE LEYVA MARTíNEZ, Miami |
Parte 2 / 3 |
También hay imágenes de Dalia Soto del Valle y su familia en la cocina, de los nietos de Castro jugando en el patio y los pasillos de la casa. Eso es todo.
La serie se sustentó en las opiniones de Torralba, quien dibujó incluso un mapa de la casa para cotejarlo luego con las imágenes del satélite de los servicios de inteligencia estadounidenses. Además, el reportaje se aderezó con entrevistas a otros integrantes de la familia Castro residentes en Miami, como Juanita Castro, hermana de Fidel, y su hija Alina Fernández, y el ex funcionario desertor Alcibíades Hidalgo, quien, según reportes, cobró una cifra cercana a los 10.000 dólares por sus declaraciones en torno a la supuesta inaccesibilidad de Raúl Castro a Punto Cero.
Torralba dijo que junto a Antonio Castro, su novio durante tres años y un mes, se dedicó a vender visas de múltiples entradas para España, las que conseguían a través de la embajada de ese país en La Habana. Con los 30.000 dólares que ganaron —contó— se dieron algunos "lujos": una antena parabólica, un anillo de compromiso de 500 dólares, la reparación de la cocina de la casa que compartían subrepticiamente...
Relató también que fue detenida por la Seguridad del Estado cuando ésta se percató de los negocios ilícitos, y que la liberaron al mencionar el vínculo con el hijo de Castro y la participación de éste en la venta de visas.
Toda la serie se estructuró a partir de lo que dice Torralba o los demás entrevistados por el reportero, no por lo que el video muestra.
Tal vez el punto de mayor interés resultó un hecho diluido en medio del bagaje chismográfico. La sospechosa muerte en Miami de un arquitecto que estuvo responsabilizado con los planos de Punto Cero e intervino, además, en la planificación del Centro de Biotecnología en La Habana. El hombre y su esposa fueron acribillados a balazos una semana antes de que se dispusieran a testificar ante una de las comisiones del Congreso de Estados Unidos, y hasta el momento sus muertes continúan cubiertas bajo un manto de silencio.
Sin embargo, la suerte del Canal 23 estaba echada con las "revelaciones" de Castro, y Vallejo tuvo que cumplir con la escabrosa misión de estirar por más de dos semanas una historia que podía contarse en dos minutos de noticiero vespertino. Pero, a no dudarlo, la frase lapidaria del reportero fue observar como símbolo de poder que, "en la mesa, todos los demás tienen una toronja, mientras Castro tiene tres".
La teleaudiencia, cautiva y expectante desde un inicio, comenzó a darse cuenta de la escaramuza manipuladora y no se hicieron esperar las críticas devastadoras en la radio y otros medios locales, culpando al Canal 23 de haber pasado gato por liebre. Las mejores reacciones se desataron en el terreno del choteo, cuando el popular programa televisivo El Mikimbín de Miami dio rienda suelta a sus visiones de sainete con el gobernante en casa.
Como colofón de la serie, la dirección del Canal 23 decidió traer al noticiero estelar de la noche a Dashiell Torralba, para que respondiera en vivo las preguntas enviadas por los televidentes, que habían añorado tal vez las imágenes de un Castro en calzoncillos, avasallado bajo la dictadura de la Soto del Valle.
Entonces la muchacha explicó sus motivaciones para escapar con el video, culpando a la Soto del Valle, según ella alcohólica insaciable y tiranuela contumaz, de todos los infortunios de la relación amorosa con Antonio. Expresó que su estancia en Miami es sólo temporal, pues el régimen cubano ha enviado ya a sus agentes para tratar de hacerle daño. Uno de los espías —insistió ella— trató, incluso, de que el video no saliera al aire. "No quiero decir lo que voy a hacer con mi futuro ni adonde voy a ir", declaró Torralba.
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