| El exitoso golpe militar de Chávez |
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| Tras el regreso al poder del Presidente, se pronostican días negros para la sociedad civil y los medios de comunicación venezolanos. |
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| por MIGUEL RIVERO |
Parte 1 / 2 |
El regreso al poder del presidente Hugo Chávez augura días negros para la sociedad civil y los medios de comunicación de Venezuela.
Resulta difícil, en tan corto plazo de tiempo, analizar el trasfondo de estos acontecimientos, pero todo indica que ha sido un general de paracaidistas, Raúl Baduell, el verdadero arquitecto del contragolpe militar que llevó de nuevo al Palacio de Miraflores al mesiánico coronel de boina roja, que a veces usa la bandera de Venezuela como vestimenta.
En primer lugar, el haber seleccionado para presidente interino a Pedro Carmona, dirigente de los empresarios de Fedecámaras, no fue una decisión acertada. ¿Habría sido una sugerencia de los militares?
De forma improvisada, Carmona se lanzó a disolver de un plumazo el Parlamento, derogar leyes aprobadas durante el gobierno de Chávez y destituir a los titulares de todos los poderes públicos.
La forma acelerada como actuó le costó el puesto, que en realidad ni siquiera llegó a desempeñar, pues el nuevo gobierno nunca llegó a tomar posesión de sus cargos.
En medio de toda esta situación, surgen serias dudas acerca de la actuación del general Lucas Rincón, jefe del alto mando militar y que fue la persona que anunció que se le había pedido la renuncia a Chávez y éste así lo había aceptado.
Fue la fórmula para calmar los ánimos de centenares de miles de manifestantes que el pasado día 11 fueron tiroteados a mansalva, cuando se dirigían a reclamar la dimisión del presidente.
¿Fue trasladado Chávez al fuerte Tiuna para, precisamente, calmar los ánimos y hacer creer que el movimiento cívico de la sociedad civil había ganado la pelea? Es una pregunta que queda flotando en el aire.
Lo cierto es que si Chávez hubiese permanecido en el Palacio Presidencial, lo más probable es que las multitudes enardecidas le hubiesen derrocado. Ahora todo parece indicar que altos mandos militares actuaron para proteger a uno de los suyos.
El regreso de Chávez al poder tuvo su causa en la combinación de dos factores:
Uno: El general de las fuerzas aéreas y de paracaidistas, Raúl Baduell, declaró el sábado que no reconocía al gobierno de Carmona. La base de Maracay, bajo su mando, está situada a unos 100 kilómetros de Caracas y dispone de una escuadrilla de F-16 y aviones de transporte de paracaidistas (unos 2000 efectivos bajo la dirección de Baduell).
Si Baduell se decidía a utilizar esa fuerza contra algunos de los generales que pidieron la renuncia de Chávez se produciría un enfrentamiento militar de incalculables consecuencias.
No olvidemos tampoco que Chávez es un militar, teniente coronel de paracaidistas, apenas con un ligero barniz de Jefe de Estado.
¿Estaban dispuestos los generales a un enfrentamiento para defender al jefe de los empresarios, convertido en Presidente a la carrera? Evidentemente no y por eso fue Carmona el detenido en el fuerte Tiuna, mientras que el Congreso, dominado por los chavistas, "restituyó la legalidad constitucional".
Dos: Elementos de los "círculos bolivarianos" y delincuentes comunes lanzaron una ola de saqueos y manifestaciones en Caracas. Unos pedían el regreso de Chávez, otros aprovechaban para robar. Un comerciante portugués declaró que tuvo que matar a varios de esos bandidos, que trataban de robar en su establecimiento.
Nada nuevo en Venezuela. Ya había ocurrido el 27 de febrero de 1989, bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando se produjo el denominado "caracazo", con el saldo oficial de unos 250 muertos (estimaciones extraoficiales sitúan la cifra en más de mil muertos y desaparecidos). En aquella ocasión, el detonante fue un aumento en el precio de los combustibles.
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