Uruguay: Polarización de posiciones por ruptura con La Habana |
|
AFP/ Montevideo. La decisión del Gobierno uruguayo de romper relaciones diplomáticas con el régimen polarizó este jueves al espectro político partidario en Uruguay, con un cerrado apoyo al presidente Jorge Batlle por parte de los partidos de la coalición gubernamental y un frontal rechazo de la oposición de izquierda.
El Encuentro Progresista-Frente Amplio (EPFA), principal fuerza del país, que controla el 40% de las bancas parlamentarias, y el Nuevo Espacio, con el 4%, impusieron en el Senado una convocatoria al canciller Didier Opertti, para interpelarlo sobre la ruptura con La Habana y toda la política exterior uruguaya.
En el Partido Colorado, el ex presidente Julio Sanguinetti (1985-90 y 1995-2000) opinó desde el exterior que Fidel Castro "no le dio otra opción" a Batlle que la ruptura, por la "impensable escalada" de agravios.
Desde el Partido Nacional, su jefe político, Luis Lacalle, también ex presidente (1990-95), llamó a apoyar a Batlle por su resolución respecto de La Habana y comentó que "creo que el señor Castro está perdiendo un poco los puntos de referencia".
Por su parte, el líder del EP-FA, el socialista Tabaré Vázquez, expresó este jueves en su audición radial diaria su "tristeza" por "el papel que hacemos a nivel internacional. Las declaraciones de Batlle (sobre La Habana y Castro) son una cortina de humo para ocultar los grandes problemas del país".
El senador socialista Reinaldo Gargano, quien será el interpelante de Opertti en el Senado en fecha a fijar, anunció que el canciller será cuestionado, además de por el caso cubano, por toda la política exterior uruguaya y "su errático comportamiento".
La Mesa Política del Frente Amplio, por su parte, aprobó por unanimidad una declaración en la que rechaza la ruptura porque se enmarca "en un contumaz proceso de apartamiento de los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos (...) y adopta un posicionamiento funcional a los intereses de los Estados Unidos, ya sea por coincidencias políticas o especulaciones comerciales y financieras".
La ruptura diplomática obedeció a que Castro llamó a Batlle de "abyecto Judas", por liderar en Naciones Unidas una resolución que reconoce el avance de los derechos sociales en la Isla y le pide avanzar igualmente en los campos político y civil, a la vez que invita a La Habana a permitir que la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Mary Robinson, colaborase en alcanzar esas metas.
|