AFP/ México. Miembros de la oposición mexicana, entre ellos un diputado, exigieron este jueves la renuncia del canciller Jorge Castañeda por considerar que sus declaraciones alentaron la toma el miércoles de la embajada de México en La Habana.

"Elevamos una protesta al presidente de la República e invitamos a todos los compañeros de los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados para solicitar la renuncia inmediata del canciller Jorge Castañeda", dijo a la prensa Sergio Salazar, diputado del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Una posición similar asumió el Partido del Trabajo (PT), que en voz de uno de sus miembros aseguró que "aquí no hay improvisación, es una política deliberada de Jorge Castañeda por desestabilizar no sólo la política interna de Cuba sino accidentar las relaciones entre México y Cuba".

"Somos concluyentes: Jorge Castañeda está atrás de esta perversa maniobra", dijo Ricardo Cantú Garza, representante del PT ante el Instituto Federal Electoral.

Tras tan contundentes declaraciones, podría preguntarse si lo que pasas no es justamente lo contrario: los deseos del régimen de Fidel Castro, expresado a través de estos sectores, de liquidar a Castañeda.

"Vemos que la política internacional que está llevando (Castañeda) la está poniendo en riesgo, no únicamente a México sino también a un país que es ajeno a nosotros", dijo el diputado perredista Salazar.

El legislador propuso la creación de una comisión legislativa integrada por senadores y diputados para evaluar detalladamente el efecto que han tenido las declaraciones del canciller Castañeda.

En contraste, el diputado conservador Tarciso Navarrete salió en defensa del canciller mexicano.

Las palabras de Castañeda fueron "mal interpretadas", dijo Navarrete, diputado del Partido Acción Nacional (PAN).

Navarrete consideró que este conflicto debe ser solucionado conforme al derecho internacional para evitar rupturas en la relación México-Cuba.

"El (Castañeda) se refería exclusivamente a la apertura en cuanto a las opiniones, evidentemente se han tomado en un contexto más amplio que no fue la intención del canciller por los datos que tenemos de su discurso", argumentó Navarrete.

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