Última hora: asaltan la embajada de México en La Habana |
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AFP/ Poco menos de una veintena de personas tomó por asalto la noche del miércoles la embajada de México en Cuba, tras forzar la entrada embistiendo el acceso con un autobús, y permanece atrincherada en su interior en presunto reclamo por abandonar el país, informaron fuentes allegadas al Gobierno de Fidel Castro.
Al menos una persona resultó herida en la colisión del bus contra el enrejado de la embajada mexicana, y fue trasladada en una ambulancia con rumbo desconocido, según constataron periodistas de la AFP en el lugar.
Otras tres ambulancias salieron de la zona con luces y sirenas encendidas, pero no se pudo confirmar si transportaban más lesionados.
Dos manzanas alrededor de la legación mexicana, ubicada en el barrio residencial de Miramar, permanecen cercadas y bloqueadas por la policía, que no permite el acceso de la prensa al lugar de los hechos e impide el tránsito de vehículos y transeúntes en un radio de 300 metros de la embajada.
Cientos de "civiles" —miembros de las paramilitares Brigadas de Respuesta Rápida castristas—, luciendo camisetas rojas y muchos de ellos portando trozos de caños recortados y garrotes, se unieron al dispositivo policial y cortaron una de las avenidas más transitadas del lugar, luego de dispersar a cientos de personas que permanecían en los alrededores, en medio de escenas de violencia. Estos grupos afines al Gobierno de Fidel Castro llegaron al lugar en camiones y coreando consignas a favor del régimen.
Policías con perros arremetieron contra civiles que se encontraban a unos 200 metros de la representación diplomática mexicana siguiendo los sucesos, para obligarlos a retroceder y dispersarse, en una acción donde algunas personas resultaron mordidas por los canes, según comprobaron los periodistas de la AFP en el lugar. Asimismo, dos periodistas de la agencia Reuter fueron golpeados por policías con bastones.
Alrededor de dos horas después del incidente, el propio Castro, acompañado entre otros por el canciller Felipe Pérez Roque, llegó al lugar en un jeep militar y descendió unos minutos para conversar con un grupo que aún se encontraba en una esquina.
El mandatario fue recibido con gritos de ¡Fidel, Fidel! y ¡Venceremos!, por parte de los paramilitares, a quienes les recordó que "mañana hay que levantarse temprano para ir a trabajar", pero sin hacer alusión a los sucesos en la embajada mexicana, a cuyas inmediaciones se dirigió de inmediato.
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