La renovación china |
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La prensa oficial cubana escamoteó a sus lectores los aspectos esenciales de la sucesión política en el PCCh. |
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por MIGUEL RIVERO, Lisboa |
Parte 1 / 2 |
El Partido Comunista de China (PCCh) acaba de realizar un congreso que marca la sucesión política ordenada en el país más poblado del mundo y que coloca al Gobierno de Fidel Castro como uno de los mayores ejemplos de anacronismo político a escala internacional.
La prensa oficial cubana tuvo que realizar verdaderos actos de malabarismo para escamotear a la opinión pública los cambios que se producían en un país supuestamente aliado ideológico de La Habana.
¿Cómo explicar a los cubanos que en China asumía el poder "la cuarta generación", con dirigentes de edades menores a 70 años?
¿Cómo decirles que ingresaban al PCCh los nuevos capitalistas chinos, representantes de "las fuerzas productivas más avanzadas"?
¿Cómo argumentar que los delegados al Congreso podían escoger a los miembros del Comité Central en una lista cuyo número era superior a los cargos disponibles?
¿Qué argumentos pueden justificar que el Buró Político del PCCh tenga tantos miembros como el de su homólogo cubano y que haya menos efectivos del Comité Central (sin contar los suplentes) que en Cuba?
Evidentemente, el aparato ideológico del Partido Comunista de Cuba (PCC) centralizó las informaciones sobre este tema en Prensa Latina, para filtrarlas debidamente. Un método común en algunos casos "conflictivos".
Como era de esperar, la prensa oficial cubana se limitó a notas generales sobre el Congreso, siempre citando a PL, e ignoró los aspectos esenciales del mismo.
Hu Jintao, de 59 años, es desde el pasado 14 de noviembre el nuevo Secretario General del PCCh, y todo apunta a que en marzo del próximo año se convertirá en presidente de la República Popular China.
El nuevo "timonel" chino fue cercano colaborador de un anterior Secretario General del PCCh reputado como liberal y reformista, Hu Yaobang. En ese periodo de los años 80, cuando Hu Jintao era secretario del Partido en la provincia de Ghizhou, dio acogida a los intelectuales que tuvieron problemas con el ala más ortodoxa de la dirección china.
Cuando Hu realizó el pasado año un viaje por España, Alemania, Francia y el Reino Unido, los diplomáticos y dirigentes políticos que se entrevistaron con él señalaron que el "delfín" dejó entrever su deseo de reformar el esclerótico sistema político de su país. La tarea, en cierta medida, podrá ser facilitada con la pérdida de poder de algunos halcones del Comité Permanente del Buró Político del PCCh.
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