El embargo económico y comercial de Estados Unidos contra Cuba ha tenido poco impacto para ambas partes, reveló esta semana un estudio de la Comisión Internacional de Comercio (ITC) de Estados Unidos, un organismo políticamente independiente.
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Rockefeller, Peterson y Rogers en Cuba.
A la búsqueda de una transición pacífica
tras la desaparición de Fidel Castro |
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Para Cuba, ha significado la pérdida de entre 84 y 167 millones de dólares anuales en ventas potenciales a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar. Para Estados Unidos, representa una pérdida de entre 652 y 990 millones de dólares anuales en posibles exportaciones.
Al mismo tiempo, las sanciones comerciales han impedido el flujo de un millón de turistas estadounidenses cada año a la Isla, lo cual ha restado ingresos a ambas partes, indica el documento.
El informe es el primero de su tipo desde que el embargo fue impuesto en 1962, y fue realizado a pedido de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, como una fuente de información para el debate que desde hace unos dos años se realiza en el Congreso estadounidense sobre la efectividad del embargo.
El estudio indica que los más afectados en Estados Unidos son los productores de arroz del delta del río Missisippi, para quienes Cuba era un mercado tradicional.
Pero incluso, si el embargo no existiera, las ventas de azúcar cubano a Estados Unidos habrían sido limitadas, ya que este país restringe el ingreso del dulce de todos los países productores, agrega.
También apunta que, a pesar de la proximidad geográfica, el potencial comercial entre ambos países no es muy grande, por la falta de poder adquisitivo de la Isla y las limitaciones de su sistema de producción.
"Las sanciones de Estados Unidos contra Cuba tuvieron, en suma, un impacto histórico mínimo sobre la economía estadounidense", asegura el estudio.
El informe puede proporcionar argumentos tanto a defensores como a detractores de las sanciones contra Cuba.
El tema del embargo y su efectividad sigue estando a la orden del día en los pasillos del Congreso y en influyentes círculos de la política estadounidense. Los coqueteos entre políticos y empresarios estadounidenses y el Gobierno cubano han salido a relucir esta última semana, a raíz de la visita a la Isla de expertos en política exterior, que produjeron recomendaciones en torno al embargo el pasado mes de noviembre.
El documento, realizado por un grupo de trabajo patrocinado por el Consejo para Relaciones Exteriores, un organismo autónomo, no aconsejó el levantamiento del embargo ni el restablecimiento de relaciones con La Habana, sino medidas prácticas para contribuir a la transición pacífica después de la muerte de Fidel Castro.