Lunes, 18 noviembre 2002 Año III. Edición 496 IMAGENES PORTADA
Deporte
Dragones apagados

La selección nacional de béisbol hizo lucir mal a los profesionales japoneses de visita en la Isla.
por IVáN GARCíA, La Habana  
Inauguración
Inauguración del amistoso entre los Dragones y el equipo
Cuba

Un par de encuentros no es el medidor exacto para calibrar el nivel de una novena beisbolera. Puede que así sea, pero los Dragones de Chunichi de las Ligas Mayores de Japón, que los días 6 y 7 de noviembre jugaron dos partidos en La Habana, bien poco enseñaron.

El primer día fueron apabullados sin ninguna contemplación por la batería cubana: 14 carreras, 16 hits y 2 jonrones del short-stop Yorelvis Charles y del inicialista Kendry Morales. La victoria fue para el diestro Orelvis Ávila, y cayó derrotado Takashi Ogasawara.

Los japoneses lucieron párvulos a la defensa. Su ofensiva fue nula: dos carreras y sólo seis hits. Cierto que estos dragones están disminuidos. En Japón quedaron seis jugadores regulares y sus tres principales abridores. Mas como en todo equipo de béisbol que se considere profesional, los Dragones de Chunichi son una organización con más de 70 peloteros. Por tanto, deberían tener una buena cantera para reemplazar a sus principales estrellas.

Después de la derrota inicial los directivos nipones se escudaron en el pretexto de que el largo viaje, de 16 horas, los había afectado, y de que no estaban adaptados al terreno natural, pues en Japón juegan en diamante artificial.

Pretextos y más pretextos. Al día siguiente dieron la cara y cayeron vencidos por la mínima, cuatro carreras por tres, con triunfo de Norge Luis Vera y fracaso de Yuichi Yamata. Enseñaron un mejor pitcheo, pero su bateo siguió siendo raquítico: sólo ligaron cuatro hits.

Realmente, Cuba no tuvo un marcador más abultado por su mal corrido de las bases y la falta de oportunidad de sus bateadores con hombres en circulación. El equipo nacional jugó, además, a media máquina, reservándose para la competencia principal, la Copa Intercontinental.

No se podrá subestimar la calidad del béisbol cubano mientras continúe enfrentándose a equipos que —por muy cotizados que sean— no cuentan en su elenco con estrellas y en el terreno no se entregan: la selección nacional les pasará por arriba.

No vale la pena venir de un lugar tan lejano como Japón para no dar espectáculo. Estos dragones fueron de atrezzo.


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