| El nuevo rapto |
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| Los ganadores de las medallas de oro en los primeros Juegos Olímpicos Nacionales, ¿qué serán? ¿Campeones olímpicos cubanos? |
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| por ADOLFO FERNáNDEZ SAíNZ, La Habana |
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Por primera vez en la historia del movimiento deportivo cubano, la Isla no estará representada en unos Juegos Centroamericanos. La cita de El Salvador parece una plaza demasiado comprometida para el gusto de las autoridades.
En la declaración del Comité Olímpico cubano y el INDER (Ministerio de Deportes de Cuba), hecha pública en La Habana el pasado sábado 26, se pone énfasis en la seguridad de los atletas y los dirigentes deportivos. Estando en la época de la lucha antiterrorista, cualquier mención de toma de rehenes o atentados basta para crispar los nervios y justificar una decisión.
Hasta hace unas semanas, la prensa oficialista estaba dejando entrever que nuestros atletas barrerían con el medallero de los Juegos, en un mal disimulado alarde de superioridad del socialismo sobre el capitalismo, práctica que durante decenios siguieron la Unión Soviética frente a los Estados Unidos y la República Democrática Alemana en relación con la Alemania occidental.
El cambio de actitud es entonces más reciente: vox populi dice que tras la renuncia de Cuba a participar en los Juegos está la deserción del estelar lanzador pinareño José Ariel Contreras, y del entrenador Miguel Valdés.
La Habana no ganará ninguna medalla en San Salvador. No hará lucir mal a sus repúblicas hermanas de Centroamérica y el Caribe, mucho más débiles en materia deportiva. Pero tampoco tendrá que pasar por la vergüenza de que se le queden algunos atletas.
Aunque la Isla —estando entre las primeras potencias deportivas mundiales— habría ganado la mayoría de las preseas de cualquier color, si hubiera abandonado la delegación una veintena de atletas habría sido un escándalo mayúsculo. Y San Salvador era una plaza idónea para la fuga de los cubanos. Como ello descaracteriza en lo político, a la gente no hay quien le quite de la cabeza que esto fue lo que pesó más en la mentalidad de las autoridades a la hora de tomar la decisión de no asistir.
Nunca antes la seguridad de los atletas había constituido un problema. Dejaron de asistir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y de Seúl en 1984 y 1985, pero siempre el Gobierno aclaró que no asistían por solidaridad con sus aliados políticos, no porque su delegación estuviera rehuyendo el peligro.
En una situación tan comprometida políticamente como es la cita actual, una delegación deportiva cubana permaneció a bordo del buque Cerro Pelado, frente a las costas de Puerto Rico, esperando que se resolviera el impasse diplomático. El buque hizo las veces de campo de entrenamiento y villa olímpica para la delegación nacional. En aquel momento, decían, ninguna amenaza haría retroceder a nuestros deportistas.
Si el problema ahora es que temen por la seguridad del compañero José Ramón Fernández, presidente del Comité Olímpico cubano, podían haberlo sustituido por cualquier otro dirigente deportivo que no hubiera comandado la artillería castrista en los combates de Playa Girón, en Bahía de Cochinos.
Ahora Cuba, como no va a los Juegos, va —en un alarde de eficiencia y organización— a preparar en apenas cuatro semanas los llamados "Primeros Juegos Olímpicos Nacionales". Los damnificados de los últimos ciclones en Guane, Mantua, San Juan y Martínez, San Luis, La Coloma e Isla de Pinos, seguro agradecerían que la ayuda que están esperando del Gobierno les llegará con la misma presteza.
Estamos ante un nuevo caso de rapto del deporte a manos de la política.
Los juegos regionales son para olvidar las enemistades entre los gobiernos y dejar que pueblos hermanos se encuentren en una atmósfera de sana competencia deportiva. Al celebrarse unos juegos paralelos, inevitablemente se establecerá una competencia entre La Habana y San Salvador, incluso en materia de cobertura televisiva. Y ya se sabe que todos los miembros del equipo olímpico cubano expresarán su total acuerdo con la "digna decisión" de no asistir a los Centroamericanos.
Los perdedores serán nuestros atletas, el movimiento olímpico nacional y el público de todas las latitudes.
Los ganadores de las medallas de oro en los primeros Juegos Olímpicos Nacionales, ¿qué serán? ¿Campeones olímpicos cubanos?
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