| El último pase de Diago |
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| Abandona el voleibol activo el mejor pasador cubano de todos los tiempos. |
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| por JORGE EBRO, Miami |
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No por esperada, la noticia dejó de estremecer los cimientos del voleibol nacional. Raúl Diago se retira y con él se va toda una época gloriosa que parece llegar a su fin, a no ser que los jóvenes del laboratorio antillano hagan creer lo contrario.
Diago ha sido, por largo tramo, el mejor pasador de la Isla de todos los tiempos. El hombre alrededor del cual se trazaba la estrategia, el veterano inteligente que siempre sabía qué hacer cuando el cuadro que lo rodeaba parecía hundirse.
En varias ocasiones el matancero fue escogido como el mejor pasador de las Ligas Mundiales de Voleibol, brillando como una fuerza dominante entre los estelares de los circuitos profesionales de mayor prestigio. Más de un director técnico elogió a Diago y expresó su deseo de contar con alguien como él para que dirigiera a su equipo sobre el tabloncillo.
Llegó a la selección nacional a fines de los años 80 y enseguida ganó la titularidad por lo espectacular de sus remates en un puesto que muchas veces es relegado, aunque resulta vital para el buen funcionamiento del sexteto de jugadores.
Diago no estaba destinado a ser un pasador más. Sus manos siempre se las ingeniaban para situar el balón en el momento preciso para el remate. Muchos de los grandes atacadores brillaban más porque Diago les hacía más fácil la posición de abrir fuego.
Con Diago de abridor, la escuadra se mantuvo en la elite del voleibol. Sin él, está por verse. Luego de la deserción de cinco de los mejores atletas de la última promoción, incluido el capitán Ihosvanny Hernández y la estrella Ángel Dennis, a los técnicos de la Isla no les ha quedado más remedio que echar mano a jugadores juveniles que tendrán su bautizo de fuego en la próxima Liga Mundial.
De los veteranos sólo quedan Pavel Pimienta y Alaín Roca. Este último era quien se estaba preparando como pasador, pero a todas luces no parece ser ni la sombra de su predecesor.
Por lo pronto, Diago parece inclinarse por la asesoría dentro del esquema del voleibol, y no sería muy arriesgado pensar que a la vuelta de unos años va a ser el director técnico de la escuadra principal. Después de todo, son varios los pilotos que han pasado fugazmente por ese puesto en la pasada década.
Talento no le falta a Diago, considerado como un técnico en acción desde sus años de jugador. Ahora le ha llegado la hora de pasar el testigo. Sólo que su heredero aún no ha aparecido.
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