A la izquierda de la... ¿izquierda? |
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Sin pasar por el PCC, la Internacional Socialista tiende puentes a la ilegal pero creciente socialdemocracia cubana. |
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por LEONARDO CALVO CáRDENAS, La Habana |
Parte 1 / 2 |
Como noticia impactante e inesperada resonó el acuerdo tomado por aclamación en la sesión del Comité Latinoamericano de la Internacional Socialista (SICLA), celebrado los días 19 y 20 de julio pasado en Caracas, Venezuela. El mismo expresa la intención de celebrar una de sus próximas reuniones en Cuba.
Gana en trascendencia (el acuerdo) por cuanto el pretendido conclave implicaría alguna forma de participación de las organizaciones políticas —legales o no— que dentro de la Isla se definen a la izquierda del espectro político, y han mantenido durante años relaciones fluidas y estables con la Internacional Socialista. De igual forma, la decisión tomada significa un reconocimiento a la trayectoria política que en muy difíciles condiciones ha desarrollado la izquierda democrática alternativa en Cuba.
El amplio consenso alcanzado en Caracas expresa un cambio definitorio en la percepción tradicional del movimiento socialista sobre la realidad cubana. Durante muchos años, las grandes expectativas y la primorosa imagen que la revolución de Fidel Castro presentó al mundo como proyecto de izquierda genuina y humanista impidieron que los acontecimientos socio-políticos cubanos fueran objeto de valoración o cuestionamiento en el seno de la familia socialdemócrata mundial.
Con independencia de posiciones o actitudes coyunturales de organizaciones o figuras aisladas, ni la eliminación política —y a veces física— de representantes de la izquierda tradicional, ni la profusa aplicación de la pena capital o fenómenos de implicación tan grave como las sucesivas oleadas migratorias, motivaron análisis críticos al interior de la familia ideológica. Simplemente, de Cuba allí no se hablaba.
Pero en los últimos diez años la revolución cubana dejó de ser alternativa para la izquierda democrática —única que sobrevivió con perspectiva de futuro al derrumbe del llamado socialismo real—. Si acaso, siguió siendo ilusión nostálgica para algunos, o compromiso sentimental para otros.
Hace también ahora una década el movimiento de la izquierda democrática en Cuba tomó definitivo cuerpo institucional en la conformación de la Corriente Socialista Democrática, que sustentada en los valores tradicionales de la socialdemocracia internacional y apegada a un nacionalismo y pacifismo indeclinables, emprendió el difícil camino de un crecimiento político que le permitiera llegar a ofrecer opciones viables al renacimiento democrático y la reconciliación de todos los cubanos.
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