AFP/ Montevideo. El ministro uruguayo de Relaciones Exteriores, Didier Opertti, espera una respuesta del régimen de La Habana en los próximos días a su protesta por las acusaciones de Felipe Pérez Roque, quien calificó al presidente uruguayo, Jorge Batlle, de "genuflexo" y "servil" por reclamar la presencia de un relator sobre Derechos Humanos en la Isla.

Batlle, por su parte, antes de partir hacia Miami y Costa Rica, dijo que en Cuba, en materia de Derechos Humanos, "me parece que tiene que haber transparencia y cristalinidad, y en eso nos vamos a mantener".

"Está en este momento corriendo un plazo fijado por el propio gobierno cubano, en el sentido de habernos anunciado que en un plazo de 48, 72 horas estarán dándonos algún comunicado, algún mensaje relativo a este tema", dijo Opertti el lunes en rueda de prensa.

El vicecanciller Guillermo Valles, quien fue el interlocutor con el embajador cubano en Montevideo, José Joaquín Álvarez Portela, puntualizó que el plazo "no es un tiempo de precisión cronometrado" y que la respuesta se dará "a través de él (embajador)".

Opertti y Valles dieron la información a los periodistas después de una reunión de casi dos horas con el embajador uruguayo en La Habana, el escritor Enrique Estrázulas, llamado en consulta privada tras las declaraciones de Pérez Roque.

El jefe de la diplomacia uruguaya explicó que "no estamos retirando al embajador en La Habana, lo estamos llamando en consulta, no hemos suspendido las relaciones con Cuba, estamos solamente tomando algunos pasos que consideramos adecuados al momento actual de las relaciones con Cuba".

Opertti reiteró que en el Grupo de Río, que se reunirá en los próximos días en San José de Costa Rica, Uruguay extenderá las consultas ante otros países de la región para llevar una posición conjunta a la Comisión sobre Derechos Humanos de Naciones Unida reunida en Ginebra (Suiza), que tratará el caso cubano el 16 de abril.

Uruguay promoverá un acuerdo que consistirá "no en penalizar a Cuba, no en condenar a Cuba, no en impugnar a Cuba, (sino) simplemente pedirle a Cuba que acepte que ingrese un representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos (de Naciones Unidas) en la Isla para que nos informe de modo fehaciente de la situación que allí adentro se está dando", señaló Opertti.

El presidente uruguayo, previo a su partida para una visita bilateral a Costa Rica y su posterior su participación en la cumbre del Grupo de Río, recordó que "el año pasado y el anterior votamos de la misma manera" en Ginebra, para reclamar el respeto de los derechos humanos en Cuba.

Ahora, para la sesión del 16 de abril, Uruguay propone "algo muy claro: que se habilite al Comisionado de Naciones Unidas a que haga un informe (in situ) sobre el estado de los derechos políticos en Cuba".

Aseguró para un caso como éste, Uruguay adoptó "los procedimientos que son normales", como el llamado a consulta de su embajador en La Habana, y sobre el futuro de las relaciones con el régimen de Castro, expresó que "vamos a ver qué es lo que el tiempo nos dirá".

Uruguay se abstuvo de condenar a Cuba en Ginebra en 1998, pero en 1999 y 2001 votó la moción que reclamaba al gobierno de La Habana el respeto de los Derechos Humanos en su territorio.

Para la coalición de izquierda Frente Amplio, núcleo del Encuentro Progresista-Frente Amplio, principal fuerza política uruguaya, con el control del 40% de las bancas parlamentarias, promover la presencia de un relator sobre Derechos Humanos en Cuba, constituye "una postura que agravará el retroceso (uruguayo) concretado el año pasado".

El Frente reiteró su rechazo a la posición gubernamental "por considerarla no ajustada al respeto de los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, y por no responder a una política coherente de promoción y defensa de los DDHH a nivel internacional".

Imprimir Enviar