AFP/ El régimen de La Habana denunció este martes una "concertación" entre el canciller mexicano Jorge Castañeda y el Departamento de Estado norteamericano para promover una condena contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, al tiempo que el canciller Felipe Pérez Roque llamó en ese foro de Ginebra a que no aparezca ningún "Judas" en América Latina.

La denuncia cubana, contenida en un editorial del diario oficial Granma contra Castañeda, marca junto al discurso de Pérez Roque un fuerte impulso a las gestiones diplomáticas que realiza La Habana en los últimos meses para evitar una nueva condena en Ginebra.

El tema cubano será evaluado en la comisión el 16 de abril próximo, fecha que coincide con el 41 aniversario de la frustrada invasión de Bahía de Cochinos.

"El gobierno de Estados Unidos, incluidas sus más altas autoridades, realizan frenéticas gestiones en América Latina, con mucho garrote y poca zanahoria, para lograr que uno o varios países de nuestra región accedan a desempeñar este ignominioso papel" de votar contra el régimen de La Habana, dijo Roque en Ginebra.

Obvió, por supuesto, los esfuerzos de su propio régimen por colectar votos a su favor en África y en muchos países del tercer mundo, incluidos algunos donde también se violan los derechos humanos.

La Habana fue condenada por la Comisión de DDHH desde 1990 a 1997, llegando incluso a imponerle un relator especial que el régimen nunca aceptó. En 1998, sin embargo, la moción no resultó aprobada.

Pero a partir de 1999, la resolución presentada por República Checa logró una condena desde ese año hasta el pasado 2001.

Con 22 votos a favor, 20 en contra y 10 abstenciones, la pasada resolución exhortó al gobierno régimen a "asegurar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba".

Lo apretado de la votación del 2001 y la ausencia este año de Estados Unidos del seno de la Comisión, hicieron que Praga desistiera de ser el promotor de la iniciativa este año, según informes oficiales, cobrando fuerza la idea que la moción fuera presentada por algún país de América Latina.

Tanto Washington como La Habana despliegan gestiones desde hace meses para avanzar en sus contrapuestos objetivos.

Tras una entrevista entre el secretario de Estado Collin Powell, a fines de enero pasado, con el canciller argentino Carlos Ruckauf, un portavoz de la nación latinoamericana aseguró que Buenos Aires apoyará nuevamente este año la moción contra La Habana.

El reporte anual del Departamento de Estado norteamericano sobre derechos humanos en el mundo, dedicó este año un capítulo de 33 páginas a Cuba, en el cual se afirma que "el historial del gobierno (cubano) en materia de derechos humanos siguió siendo malo. Continuó violando sistemáticamente los derechos políticos y civiles fundamentales de sus ciudadanos".

En La Habana, el oficialista diario Granma y el canciller Pérez Roque denunciaron varias "maniobras" de Estados Unidos para buscar un patrocinador de la resolución en América Latina, a la vez que el jefe de la diplomacia cubana emprendió una gira en marzo por naciones africanas y Francia, integrantes de la Comisión de la ONU.

Según fuentes diplomáticas, el voto sobre Cuba se decidirá este año de acuerdo a la posición que adopten los países de América Latina, toda vez que Europa, Japón, Canadá y otras naciones apoyan siempre las resoluciones de condena, en tanto que la mayoría de los representantes asiáticos y africanos se oponen a ella.

El año pasado, Argentina, Costa Rica, Guatemala y Uruguay, aprobaron la moción contra La Habana, a la que se opusieron Venezuela y Cuba.

Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú se abstuvieron de pronunciarse.

Para la sesión del 2002, Colombia ya no ocupa su banca y Chile ingresó al grupo latinoamericano, mientras que en Perú se produjo un cambio de gobierno y el tema cubano fue analizado entre los mandatarios Alejandro Toledo y George Bush, durante la visita que éste último efectuó a Lima la semana pasada, desconociéndose cuál será su posición en el foro.

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