Ineficiencias en el servicio de Correos |
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Imponer un giro postal o un telegrama, certificar una carta o comprar un simple sello de correos, operaciones de rutina en cualquier lugar del mundo, resultan en Cuba un proceso difícil y complicado.
La Zona Postal 3, ubicada en Belascoaín y Carlos III, en los bajos del Gran Templo Masónico, estuvo cerrada al público por un espacio mayor de tres meses, por estar sometida a una dilatada reparación. Durante ese tiempo no brindó ningún tipo de servicio alternativo, con las consabidas molestias para quienes necesitaban realizar cualquier trámite.
La Zona Postal 2, enclavada en la esquina de Prado y San José, en el edificio que ocupa el Gran Teatro de La Habana, siempre tiene largas colas en las fechas de pagos a pensionados y jubilados, y lo mismo ocurre con el resto de los servicios que presta: cobro del teléfono, la electricidad, círculos infantiles, multas, etc., lo que hace que cualquier gestión de este tipo se convierta en una odisea.
La falta de desarrollo de las nuevas técnicas hace demorado todo proceso. Por si fuera poco, el huracán Michelle ocasionó el bloqueo de las computadoras por espacio de 15 días.
Cada vez son mayores las contrariedades y también las protestas de los ciudadanos que se enfrentan al servicio de correos y telégrafos y ya en la calle se parafrasea el viejo eslogan del Ministerio de Comunicaciones: "En la guerra como en la paz mal tendremos las comunicaciones".
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