Castro y Chávez sellan hermandad en la Cumbre de la AEC |
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AFP/ Margarita. Fidel Castro regresó desde la venezolana Isla de Margarita, donde asistió a la III Cumbre de gobernantes de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), seguramente a continuar los trabajos de recuperación ocasionados por el huracán Michelle que no le permitieron asistir a la Cumbre Iberoamericana de Lima. Fue despedido con honores militares y se marchó en el avión presidencial.
Una hora antes, el presidente venezolano, Hugo Chávez, había retornado a Caracas con todo su tren ejecutivo y su alicate, con el que, según él, va a apretar las tuercas del país.
Ambos gobernantes dieron durante la Cumbre de la AEC muestras de soberbia y megalomanía, de las cuales el pueblo de Venezuela habrá tomado debida cuenta. La "hermandad" entre Castro y Chávez es un verdadero peligro para el buen curso de la economía del país andino, del que ya ha emigrado casi un cuarto de millón de ciudadanos desde el comienzo de la era chavista, que amenaza extenderse. Según sus propias palabras, el presidente desea extender su mandato durante 20 años más para poder llevar adelante la "revolución bolivariana".
Durante la cumbre de la AEC, los Jefes de Estado o representantes de los 28 países miembros dieron prioridad a cuestiones relacionadas con el turismo sustentable, transporte y cooperación en materia de desastres naturales, y abogaron por un trato preferencial para las pequeñas economías en acuerdos comerciales.
También recogieron en su declaración final una condena al terrorismo en todas sus formas, así como el rechazo al tráfico de inmigrantes ilegales y la condena contra la Ley Helms-Burton de 1996 que endureció el bloqueo que Estados Unidos impuso a Cuba en 1961.
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