La Burke en Miami |
|
Pareció que algo roto se había enmendado: homenaje a la Señora Sentimiento en la capital del exilio. |
|
por ALEJANDRO RíOS, Miami |
Parte 1 / 3 |
El maestro mexicano Vicente Garrido entra a los ensayos con paso leve y precavido, evitando la cablería enmarañada sobre el suelo, luego de un viaje agotador desde Guadalajara. "Estoy a la disposición de ustedes, vine a trabajar", dice sin aparentar cansancio. Recuesta el bastón de empuñadura de plata y se sienta al piano de cola. Lo escolta Malena Burke. Renée Barrios y Luis García forman parte del público mínimo.
Su danza de dedos finos, casi transparentes, sobre las teclas, es mesurada pero precisa, como en ralentí cuando entra la voz de Malena con No me platiques más, que luego casi encadena con otro bolero clásico: Todo. Ambos "pases", como dicen los artistas cuando ensayan una canción, transcurren sin apenas interrupciones. Una cámara de televisión local tuvo la dicha de grabar el momento irrepetible. La atildada Barrios también porta una pequeña grabadora y deja constancia. La improvisada sesión termina como empezó: como un acto de prestidigitación. Al final, el maestro le susurra a Malena: "Como tu madre, un solo pase". Era el presagio de que el Concierto homenaje a Elena Burke, organizado por el Miami-Dade Community College, sería una noche para recordar.
Hay un ambiente de franca camaradería en la orquesta de veinte y tantos maestros, entre cubanos, rusos, americanos y de otras nacionalidades, dirigida por Rafael Sánchez, quien escribió todos los arreglos. El legendario Carlos Averoff se ocupa de uno de los saxos y recorre varias veces un solo que debe acompañar a la brasileña Denise de Kalafe, quien recuerda al cálido público del Festival de Varadero, con parte del cual esperaba reencontrarse por estos lares.
El último guitarrista que tuvo la Burke en México, Felipe Valdés, relata las peripecias con la señora de culto. "Era incansable. Viajé el mundo con ella. En Japón, solamente, visitamos treinta ciudades".
Por estos días se refieren las anécdotas que tejen el mito. Las integrantes del dúo Las Diegos confiesan cómo siguió siendo la amiga de siempre cuando ellas eran marginadas por la política. "Nunca nos viró la espalda".
Otro tanto cuenta el sereno Joaquín Riviera, hombre clave en Venevisión y taumaturgo de los espectáculos Miss Venezuela, director artístico del concierto en Miami. "En el año 1968 se cierran los cabarets por resolución y decido irme del país. Para purgar mi afrenta me envían a la agricultura. Cuando regreso soy un apestado y muchas personas no me dirigen la palabra. Elena me llama, como si nada hubiera pasado, y me invita a su casa para que oyera las canciones que había montado en mi ausencia".
Por estas y muchas otras razones, cuando se convoca el homenaje las respuestas no se hacen esperar y todos dispensan su tiempo y su arte en el evento cubano y universal que perpetuará su legado con una beca para estudiantes de música bajo su nombre de gloria: Elena Burke, la Señora Sentimiento.
|