| Lo que trae el trío de nuevo |
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| Enserie: una de las apuestas más originales dentro de nuestro actual panorama trovadoresco. |
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| por DENNYS MATOS, Madrid |
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El trío Enserie, integrado por Levis Aliaga, Rolando Berrio y Raúl Cabrera, representa una de las apuestas más originales dentro del actual panorama de la (Nueva) Trova. Justamente cuando este género —tal y como se ha conocido hasta ahora— parece hallarse en franco estancamiento. Aparte de las figuras ya conocidas, apenas ha despuntado algún que otro autor con cierta singularidad en su propuesta.
Enserie sobresale, ante todo, por un esmerado trabajo vocal de coros ajustados, eficazmente acompañado por guitarras en claves rítmicas de varios géneros, que van desde la guajira (La noche entera), pasando por el feeling (Siglo XV), el son (Carnavalito y La conga del dragón ñato) y, por supuesto, canciones en el más puro estilo trovadoresco (El patio y Parece un aguacero). Otro de los elementos que llama la atención en su quehacer es la "sencillez" musical de cada uno de sus integrantes. Los doce temas que recoge su primer disco, Enserie, están interpretados a base de guitarra, percusión menor y otros "instrumentos" simulados vocalmente. Es notable la economía de recursos; se ha exprimido la expresión hasta destilar —dentro del formato musical que plantea el trío— espontáneas y cálidas melodías, distantes del virtuosismo del instrumento. Los complicados arpegios de guitarra, unos de los signos musicales distintivos de la Nueva Trova (tradicional), ceden paso a francos contrapuntos que devuelven transparencia y fluidez a las armonías.
Las letras de las canciones poseen variados matices, en función de la sensibilidad de cada autor. Sin embargo, existe un denominador común, un elemento que salta nada más escuchar los textos del CD: no hay hermetismo, se trata de letras que discurren con la misma nitidez y llaneza que la música acompañante. En el caso de Rolando Berrio que, junto a Enserie, compone la mayor parte de los textos, se nota un interés por el empleo de tópicos de la tradición popular campesina, como Carnavalito, El negro Danié, La conga del Dragón Ñato y El patio. En El negro Danié se rinde homenaje a "El Bola", en la manera de cantar, el argumento de la canción y su tratamiento musical. También se recurre a temas con trasfondos existenciales (El patio), en el que se habla con nostalgia de la infancia, el tiempo y el hogar. Pero, sobre todo, su sensibilidad se afinca en aquella tradición popular más cercana a las voces y ambientes rurales. De ahí que, no solamente en las canciones de Rolando, sino en el resto, se haga tanta referencia a la tierra, los frutos, la vegetación y el humor campesino, que dan un tinte bucólico a las letras. Es muy posible que en la elección de este tipo de figura poética intervenga el hecho de que todos los miembros de Enserie sean originarios de Santa Clara, donde está muy arraigado el cultivo de la guajira, que en sus arranques poéticos apela a la percepción del entorno. La decantación por una expresión matizada por la poesía popular de corte bucólica y sensualista, es un rasgo esencial que define las canciones de la opera prima del trío.
La autoría de los demás temas se reparte entre Raúl Cabrera (La noche entera), Levis Aliaga (Parece un aguacero), Excilia Zaldaña (Añoranza), Fernando Cabrejas (Canción al desaliento) y el trío Enserie (Siglo XV, Big Ben y Mua mua), con lo que se amplia el espectro temático y musical del grupo. En el tema de Raúl, tratándose de una guajira, la temática y el tratamiento de la letra permanece en la atmósfera de lo popular campesino, pero en la canción de Levis Aliaga se retoma la confluencia con la manera de la Nueva Trova: uso preeminente de la rima y empleo marcado de la metáfora para hablar del amor y el sentido etéreo de su contenido. El patio, de Rolando Berrio, y Canción al desaliento, de Cabrejas, junto al tema de Levis, descubren la deuda que mantiene el trío con la estética trovadoresca.
Se aborda la soledad, el dolor y la angustia como sentimientos perennes del ser humano, de los que podemos aliviarnos a veces con actitudes tan simples, y no por ello menos placenteras, como dar un paseo tranquilo por la ciudad. El placer de cantar sin estar pendiente de trasmitir un mensaje, no asociado al comentario social y cultural, parece ser el motivo fundamental de las composiciones individuales de Enserie. Cuando los temas son firmados por el trío asoman posturas críticas frente a la realidad, pero apenas reflexionan sobre situaciones de esta naturaleza, entre otras razones porque no es algo que se avenga con la visión romántica y pintoresca que prima en el disco. Tal vez por eso, fuera del tema Siglo XV, en que se alude claramente —con una mezcla de humor y sátira histórica— a la agónica situación de la Isla, son escasas las referencias en el resto de las canciones.
Enserie y su primer disco son un buen ejemplo de la frescura que se puede alcanzar en el cultivo de géneros tradicionales, con formatos habituales donde se propone superar los caminos ya trillados. Quizás lo más lamentable del CD sea no haber logrado separarse más radicalmente del esquema trovador, considerando las potencialidades renovadoras del trío. No obstante, se presenta como una obra que, a base de ingenio musical y textual, da un aire nuevo al repetitivo panorama trovadoresco criollo.
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