Jueves, 15 agosto 2002 Año III. Edición 432 IMAGENES PORTADA
Música
Diez temas de Lecuona

Apuntes sobre 'Danza negra', el más reciente disco del pianista Ramón Valle.
por DENNYS MATOS, Madrid  
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La obra de Ernesto Lecuona (1895-1963) constituye uno de los pilares de la cultura cubana del siglo XX, por lo que no es casual que tanto viejas como nuevas generaciones de músicos beban una y otra vez en sus fuentes. Dos de los ejemplos más recientes son las versiones que sobre sus temas han realizado Eliades Ochoa y el pianista Ramón Valle. Eliades, con La comparsa y Siboney, incluidas en sus discos Sublime ilusión (1999) y Estoy como nunca (2002), respectivamente. En el caso de Ramón Valle (1964), residente en Europa desde 1998, se trata de su disco Danza negra (2002), inscrito en lo que ha dado en llamarse "jazz cubano", e inspirado en temas de Lecuona.

Danza negra, editado por el sello alemán The Act Company, contempla diez temas de Lecuona, todos arreglados por Valle. Su ejecución tiene como base un formato de quinteto en el que intervienen Perico Sambeat (alto y saxofón soprano), Carlos Puig (trompeta), Omar Rodríguez (bajo), Heracio El Negro Hernández (drums) y Ramón Valle (piano). Graduado de la Escuela Nacional de Arte de La Habana, este último ha estudiado a los grandes pianistas de jazz norteamericanos, pero entre sus influencias más visibles están Chucho Valdés y Emiliano Salvador, cuyas obras recogen dos de los momentos más fecundos en la historia reciente del "jazz cubano". Resulta familiar escuchar sus nombres entre los nuevos músicos que lo cultivan, como un referente esencial a la hora de proyectar su creación hacia la búsqueda y la experimentación.

En Danza negra Ramón Valle parece tomar la improvisación (rasgo característico del jazz) como lenguaje de experimentación sobre la obra de Lecuona. El CD pasa de ser un título más en la larga lista de homenajes a Lecuona para convertirse en una imaginativa interpretación, a partir del lenguaje jazzístico de una de las obras más universales de nuestra música. Es llamativa la originalidad con que Valle, en Malagueña o La comparsa, por ejemplo, es capaz de yuxtaponer síncopas del jazz a la esencia de la síncopa latina de Lecuona, logrando una expresiva y fluida sintonía.

Los arreglos de Valle para el Quinteto de Jazz permiten abordar los temas de manera que conserven en línea general su estructura rítmica, pero aplicándoles un vigoroso ejercicio de improvisación que se expresa en un lenguaje novedoso. Ello se evidencia en el tema que da título al disco, o en otros como Gitanerías, La conga de media noche o Andalucía, donde a la refinada inventiva melódica de Lecuona se adaptan vertiginosas "descargas" al estilo del jazz, que incluyen además de piano y saxo (En tres por cuatro), solos de bajo, trompeta y drums (Gitanerías, Córdoba y En tres por cuatro), sin desvirtuar la habilidad de Lecuona para crear melodías suaves y alegres.

Todo esto muestra los riesgos a los que debió enfrentarse Valle en la puesta en escena de esta suerte de ensemble, pero sobre todo la audacia de los arreglos en el momento de adaptar los clásicos a la improvisación jazzística. Se han abierto nuevos caminos en el horizonte interpretativo de estos temas que, recreados bajo el prisma del jazz, se enriquecen (acrecientan la textura musical del joven jazzista) y adquieren un rostro saludable y contemporáneo.

Con Danza negra Valle integra la generación de jóvenes jazzistas que, junto a Gonzalo Rubalcaba, Wicho Rodríguez, Julio Barreto y Hernán López-Nussa, entre otros, producen obras matizadas por una fuerte carga de experimentación. Aunque conservan la marca de sus precursores, su contenido investiga nuevas fórmulas del lenguaje y aporta al "jazz cubano" diversidad de estilo, rigor interpretativo y audacia expresiva.

Que Ramón Valle interpretara en Danza negra un repertorio de Lecuona significa, por un lado, un excelente ejemplo de lo fecunda y vigorosamente que se mantiene en la música criolla el paradigma tradición-modernidad; por otro, sorprende que dada la extraordinaria riqueza de la tradición musical isleña sea exiguo este tipo de proyectos. Valle ha plasmado satisfactoriamente su propuesta, al reinterpretar el acervo musical en función de un intercambio abierto y fluido entre tradición y actualidad.


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