| Eliades Ochoa: 'Estoy como nunca' |
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| 'Nosotros no salíamos antes porque no teníamos la promoción que nos hizo el 'Buena Vista Social Club' en el mundo entero', afirma el músico. |
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| por DENNYS MATOS, Madrid |
Parte 2 / 3 |
¿Puede decirse que tu trabajo con Patria y el de Pancho Amat con El Cabildo del Son están en una línea similar, de rescatar ritmos tradicionales olvidados?
La verdad es que yo no sigo muy de cerca el trabajo que está haciendo Pancho Amat. Sí lo conozco y somos amigos. Sé del Tres que toca Pancho Amat y hemos compartido escenario. Aunque no hayamos descargado en la Casa de la Trova en Santiago de Cuba, sí hemos trabajado ocasionalmente juntos. Sabemos que es un señor profesor, un señor maestro con tremendas posibilidades en el diapasón de su instrumento, que domina con increíble perfección.
En Sublime ilusión incluyes La comparsa y, ahora, en Estoy como nunca, Siboney. ¿Qué interés tienes con estos temas de Lecuona y con su obra en general?
Bueno, a mí me parece no haber oído —o si la he oído han sido muy pocas veces—, por ejemplo, La comparsa que está en Sublime ilusión, interpretada a guitarra; siempre que la he escuchado ha sido a piano. En piano sí la han interpretado muchos artistas, pero a guitarra no recuerdo habérsela oído a mucha gente. Lo mismo pasa con Siboney en Estoy como nunca, no la he oído tocada a guitarra y sí numerosas veces a piano. Pero como son temas tan internacionales y tan poco explotados por la guitarra, yo quería hacer algo que la gente no hace: interpretar la obra de Lecuona a guitarra, que es otra manera menos explotada de recrear su música. Cuando me pidieron el repertorio para este último disco, que incluí Siboney, me preguntaron: "¿y este número es instrumental?" Yo le conteste que sí, pero que sólo iba a acompañarme el bajo. El bajo haciendo lo que estrictamente yo le indicaba, es decir, lo que me venía a la mente, yo se lo iba diciendo al bajista José Ángel, incluso el productor me sugirió si no sería bueno incluirle unos bongos, pero yo le dije que no, que me gustaba así y así se sacó. Era, por supuesto, lo que yo quería.
Buena Vista Social Club proyectó al mundo el esplendor y la riqueza de la música tradicional cubana, una imagen que contrasta con pasajes de la película, donde se ve la pobreza de la gente y la depauperación en las calles de La Habana. ¿Qué piensa de eso? ¿Lo ve como algo malo?
Yo no podría decirte que le haya visto cosa mala al Buena Vista Social Club. Es verdad que las calles de La Habana salen rotas, las casas destruidas y los muchachos jugando en la calle, descalzos y sin camisas. Esas cosas son normales en ese tipo de ambiente, porque si dicen que viene una visita, esa misma cuadra yo estoy seguro que se limpia, la gente se pone bonita y los muchachos se visten bien y nadie anda descalzo. Pero si llega un camarógrafo y de imprevisto comienza a hacer tomas, pues bueno saldrán todas esas cosas, porque es como yo antes de entrar tú aquí en el camerino, que estaba en camiseta porque en la casa uno anda como quiere.
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