| Únicas en su especie |
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| Salen a la luz, después de cuarenta años las primeras grabaciones de la Lupe y Freddy. |
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| por ARSENIO RODRíGUEZ |
Parte 1 / 2 |
Ellas, es el CD que evoca las primeras huellas sonoras de Guadalupe Victoria Yoli Raymond, alias La Lupe, y Fredesvinda García Herrera, alias Freddy. Las grabaciones, hechas en 1959 y 1960 respectivamente, han sido durante años piezas de los más osados coleccionistas de la música cubana. En los últimos cuarenta años, nunca más se volvieron a editar.
Freddy grabó estas canciones como artista exclusiva de los discos Puchito bajo el título Freddy, mientras que la Lupe lo hizo con Discuba con el título Con el diablo en el cuerpo. El CD remasterizado por Virgin, en su colección Yerba Buena, 2000, contiene veinte cortes, diez temas de cada una.
Las cintas tenían en común el entorno y las vidas de ambas. Fueron realizadas en La Habana, adonde habían llegado las dos cantantes: La Lupe, desde Santiago de Cuba y Freddy desde un pueblo de Camagüey. Los dos tienen gran influencia del jazz y el swing de la época.
Los nacidos en Cuba entre 1961-2001 no han tenido la oportunidad de escucharlas en ninguna emisora de radio, a pesar de ser cubanas. Las dos han sido recuperadas o mantenidas en medios ajenos al canto. Guillermo Cabrera Infante, con su literatura, se encargó de que Freddy no muriera; el cineasta español Pedro Almodóvar, por su parte, ha recuperado la voz de la Lupe para sus películas de los noventa.
Ambas abandonaron la Isla antes de morir. Freddy fue a Puerto Rico; la Lupe a Nueva York. Hoy, por suerte, vuelven a brillar.
Las diez primeras piezas del disco corresponden a la Lupe. En ellas se advierten una calidad vocal impactante y el proceso de búsqueda de un estilo; pero ya hay una voz y una expresividad que comienzan a ser inquietantes. La pieza Con el diablo en el cuerpo, define bastante su personalidad e incluso proyecta elementos de su carrera futura que se irán consolidando en otras grabaciones. Ella era, precisamente, un diablo en escena. Según anécdotas que han trascendido, era capaz de tirarse contra las paredes del club La Red donde actuaba. Una fuerte carga erótica descarada y genial se despliega en canciones como la ya citada y en otras como Es una bomba y Fiebre, en una versión en español que luego volvió a grabar con fragmentos en inglés. Su erotismo se acentuaba con suspiros y lamentos muy poco habituales en cantantes de su época.
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