| La peor herencia |
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| Ni Contonú ni ALCA ni democracia ni derechos humanos: el inmovilismo de La Habana, ¿una epidemia? |
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| por MIGUEL RIVERO, Lisboa |
Parte 2 / 2 |
Esta reunión, a la cual asisten representantes sindicales o de grupos ideológicamente afines al régimen, se convertirá, del 20 al 23 de noviembre, en tribuna para que Fidel Castro arremeta de nuevo contra el proceso de integración (como siempre, a un coste de cientos de miles de dólares que salen de las arcas del Estado cubano, pues los participantes en estos encuentros son tratados a cuerpo de rey y ocupan los hoteles más lujosos de la capital).
Castro y sus seguidores no se cansan de acusar de "anexionistas y traidores" a los gobiernos de América Latina que han aceptado unirse al proceso para crear el ALCA.
Como la próxima Cumbre Iberoamericana debe celebrarse en República Dominicana, precisamente en el otoño de este año (se desconoce la fecha exacta, si será antes o después del cónclave anti ALCA), habría que preguntarse si Fidel Castro faltará de nuevo a la cita —ya se ausentó a la anterior en Perú. Sería lo mejor, para que los presidentes elegidos democráticamente puedan respirar aliviados y sentirse más a gusto.
Poco importan al régimen las privaciones que sufra el pueblo cubano debido a esta política absurda y contraproducente. Lo que interesa es mantener las riendas del poder a cualquier precio. Admitir el respeto de los derechos humanos y otros principios de la democracia, como la libre expresión y asociación, representan una amenaza para el sistema totalitario.
En una reunión celebrada en Bruselas el pasado 13 de mayo, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea convinieron comenzar a negociar a partir de septiembre nuevos acuerdos con los países miembros del grupo ACP, para una integración gradual de esos Estados en la economía mundial y la erradicación de la pobreza.
Los quince Estados que integran la UE establecieron claramente que los nuevos acuerdos que se firmarán con los países de la ACP serán compatibles con las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El régimen de La Habana es el único de Latinoamérica que no tiene firmado ningún tipo de acuerdo con la Unión Europea, y que no firmó el Convenio de Cotonú de los 78 miembros del grupo de países África-Caribe-Pacífico. Al no poseer un sistema democrático, no reúne las condiciones para integrarse en el ALCA y, por tanto, hace todo lo posible por sabotear la iniciativa.
Los otros gobernantes latinoamericanos o del grupo ACP deben estar equivocados, o simplemente se comportan como lacayos de Estados Unidos, o de la Unión Europea. Fidel Castro, dueño de la verdad absoluta, contempla a esos gobiernos desde su pedestal: él se ha convertido en el verdadero representante de todos los pueblos oprimidos y engañados del mundo. Este aislamiento, cada vez mayor, es la peor herencia que dejará su régimen.
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