| La verdadera Serie de las Américas |
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| La selección nacional de béisbol enfrenta el mayor reto de su historia y el Comandante se revuelve en su asiento. |
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| por ROGERIO MANZANO, New Jersey |
Parte 3 / 3 |
—La representación de la isla del merengue es... es... es sencillamente sensacional —y se escapa el elogio sin que nadie pueda detenerlo—. Vladimir Guerrero, Sammy Sosa y Pedro Martínez son las figuras insignias, pero detrás de ellos están Manny Ramírez, Alfonso Soriano, Albert Pujols, Miguel Tejada, Raúl Mondesí, Bartolo Colón, Luis Castillo, Odalis Pérez, Tony Batista, Timo Pérez, Pedro Astacio, Adrián Beltré, Julio Franco, Rafael Furcal, Antonio Alfonseca, Armando Benítez, Miguel Batista, Abraham Nuñez, Aramís Ramírez, Plácido Polanco, Octavio Dotel, José Mesa, etc., etc., etc...
Los rostros de los dos hombres ya aparecen perlados de sudor, los ceños fruncidos, las mentes embotadas...
—¿Qué nos queda?— pregunta La Voz.
—Nos quedan los yanquis, mi Comandante —y Humberto, sin siquiera mirar al papel, comienza a recitar nombres—. Barry Bonds, Jason Giambi, Randy Johnson, Curt Schilling, Mike Piazza, Todd Helton, Jim Thome, Jeff Kent, Chipper Jones, Lance Berkman, Jim Edmonds, Derek Jeter, Shaw Green, Mike Mussina, Barry Zito, Trevor Hoffman, Scott Rolen, Brian Giles, Torii Hunter, Troy Percival, John Smoltz, Gary Sheffield, Greg Maddux, Tom Glavine, Bret Boone, Paul Lo Duca, Jason Kendall...
—¡Basta, basta! —le interrumpe el Zar.
—No, sólo me faltaba por decirle que A-Rod y Nomar Garcíaparra, pese a su descendencia hispana, también van a jugar en ese equipo. Es el clásico robo de talentos al que están acostumbrados nuestros enemigos.
Un vaho de quietud inunda ahora el recinto por breves segundos. De pronto, el grito:
—¡Triunfarán nuestros principios... nuestros ideales... nuestro patriotismo!
—Comandante —le replica Humberto con los dedos entrecruzados—, le recuerdo que un juego de pelota lo gana el que haga más carreras. Yo creo, es decir, en mi infecunda opinión, usted debiera hacerle una llamadita a Ted Turner para que convenza a Bud y quizás nos dejen usar a Palmeiro, al Duque, a Ordoñez, a Marrero...
—¡Jamás, Humberto, jamás! ¡No cambiaremos principios por dólares! Esos que mencionaste son traidores a la Patria, al Socialismo, a la Revolución...
—¿Pero qué vamos a hacer mi Comandante?
Otro silencio prolongado y luego la respuesta:
—Convocaremos a una marcha del pueblo combatiente en apoyo a nuestro equipo de béisbol, que ha sido víctima, una vez más, de las patrañas del imperialismo norteamericano; y denunciaremos, además, las manipulaciones que la mafia de Miami realiza en contubernio con el presidente George Bush para derrotar a nuestra digna y heroica representación deportiva. Mañana, sin falta, te espero en la plaza.
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