Conversaciones en Iowa City |
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Wilfredo Cancio Isla, sobre un exitoso encuentro entre intelectuales de 'dentro' y de 'fuera'. |
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por WILFREDO CANCIO ISLA |
Parte 1 / 3 |
La cultura cubana acaba de protagonizar una reconfortante jornada de reflexiones en los predios de la Universidad de Iowa. Contra todos los pronósticos y los fantasmas de último minuto, una veintena de intelectuales de la Isla y la diáspora, poetas y novelistas, ensayistas y académicos, confluyeron en el simposio "Cultura, política y cambios en la Cuba contemporánea", que concluyó sus sesiones el pasado fin de semana.
Aunque en principio la conferencia estaba prevista para celebrarse entre los días 4 y 6 de octubre, la demora de tres invitados, que se vieron imposibilitados de viajar en tiempo desde La Habana, abrió providencialmente una segunda ronda de intercambios, de manera que los "días cubanos" en Iowa City se prolongaron más allá de toda previsión, como para no perder nuestras viejas costumbres.
Lamentablemente obviado por los medios de prensa, el encuentro en Iowa marcó un hito por múltiples razones, que van desde la posibilidad de reunión entre intelectuales del exilio y de la Isla, en un marco de absoluto pluralismo, hasta la conducta de la academia norteamericana de cara al futuro de Cuba.
Pocos eventos académicos sobre cultura cubana realizados en EE. UU. durante la última década, han podido juntar en un mismo espacio de discusión a creadores de distintas generaciones con un espectro tan multifacético de experiencias personales, ambiciones estéticas y filiaciones ideológicas. La única ausencia fue tal vez la del oficialismo intelectual, que suele hipnotizar todavía a ciertos círculos universitarios norteamericanos e inundar con desfachatez los congresos de LASA (siglas en inglés de la Asociación de Estudios Latinoamericanos), pero esa excepción no haría más que confirmar la regla.
La lista de residentes en la Isla incluyó al narrador y dramaturgo Antón Arrufat, Premio Nacional de Literatura; la laureada poeta Reina María Rodríguez; la profesora y crítica Maggie Mateo y una amplia representación de la joven hornada de escritores y ensayistas, entre ellos: Jorge Ángel Pérez, autor de una excepcional novela titulada El paseante cándido (2000); Pedro de Jesús, a quien alguna vez se le ha comparado con Reinaldo Arenas por el fuerte contenido homoerótico de sus relatos; Carlos Alberto Aguilera, fundador del proyecto y la revista Diáspora(s); Jorge Miralles, Premio David 2000 por su volumen de cuentos Las Voces del Pantano; el poeta y dramaturgo Norge Espinosa; la poeta Alexandra Molina y el crítico Roberto Zurbano.
En el grupo "diaspórico" figuraron los profesores y ensayistas Román de la Campa (Cuba on my mind y Latin Americanism), Emilio Bejel (José Lezama Lima, poet of the Image y Gay Cuban Nation), José Quiroga (Tropics of Desire), Damián Fernández (Cuba and Politics of Pasión) y Adriana Méndez Rodenas; la antropóloga Ruth Bejar, quien mostró fragmentos de su documental en proceso Adio kerida; así como el historiador Rafael Rojas y el filósofo Emilio Ichikawa, ambos llegados al exilio en fechas recientes.
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