Martes, 20 noviembre 2001 Año II. Edición 239 IMAGENES PORTADA
Cultura
Changó con conocimiento

Teatro en Miami, una puesta en escena cuyo discurso potencia visiones alternativas.
por ALEJANDRO RíOS Parte 1 / 2
Teatro
Xangô con Sapatos

Los espectadores del teatro en la antigüedad buscaban la catarsis, purificación de las pasiones mediante la emoción estética; suerte de "limpieza" en términos mágico-religiosos. Nosotros, sus contemporáneos, en tiempos de incertidumbre, necesitamos un remedio similar para acallar tanta ansiedad y temor. El ballet-teatro Xangô com Sapatos (Changó con zapatos) es una catarsis multicultural.

La compañía Giovanni Luquini & Dancers de Miami, en colaboración con Miami-Dade Community College, pone a consideración del público la última parte de una trilogía que comenzó en 1998 con Wrong Clue y el año pasado continuó con Flagrante Delicto. Su título, en portugués, proviene del refranero popular caribeño. La conocida deidad afrocubana Changó (Santa Bárbara para el panteón católico) es de armas tomar, y si viene algo incómodo "con zapatos", es mejor no importunarlo.

"El aspecto principal de mis coreografías —dice el director y coreógrafo brasileño, radicado en Miami, Giovanni Luquini— es la investigación de la vida urbana y sus múltiples formas de manifestarse. Quiero redescubrir lo que nos hace actuar de la manera que eventualmente nominamos sociedad".

Changó con zapatos pertenece a un género híbrido que se ha dado en llamar ballet-teatro, donde los intérpretes son entrenados en los rigores de la danza y la riqueza expresiva de la actuación.

En breves viñetas, mediante un dinamismo que recuerda el cine de cortometraje en su poder de síntesis, la nueva obra de Luiquini, con textos de su esposa e integrante de la compañía Elizabeth Doud, explora las ataduras, intromisiones y coacciones de lo que entendemos por civilización en nuestras vidas. El zapato que aprisiona al pie desnudo y libre, traduce emblemáticamente estos sentimientos.

"Vamos cediendo, haciendo concesiones a un poder supremo que nos impone su orden", explica Doud. "Somos como impelidos a complacer a la sociedad. Se nos aleja de la naturaleza y la obra responde metafóricamente a este dilema. Changó es un guerrero iracundo, con su machete 'abre camino' se rebela contra este orden estricto que nos aísla y deshumaniza".

El grupo lo integran seis artistas que encarnan el espíritu de Miami como urbe diversa y postmoderna en su composición étnica. Luiquini es de Brasil con ancestros en Italia; hay cubanos de la Isla y nacidos en los Estados Unidos, así como una venezolana. La energía resultante de esta mezcla algo insólita para otros lugares del mundo, se desencadena dinámicamente sobre el escenario.

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