| Fallece Monseñor Walsh, padre de la Operación Pedro Pan |
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| por IVETTE LEYVA MARTíNEZ |
Parte 2 / 2 |
Un año después fue enviado como director asistente de Caridades Católicas en San Agustín, la ciudad floridana fundada por los españoles en el siglo XVI. Y en 1958, cuando se creó la Arquidiócesis de Miami, Walsh se mudó aquí para fungir como el primer director de Caridades Católicas.
"Yo quería desarrollar una comunidad más generosa y la edificación de la Iglesia se convirtió en algo importante para mi objetivo", reconocía Walsh en referencia a aquellos años en que el catolicismo representaba apenas un 7 por ciento entre los residentes del sur de la Florida.
El liderazgo de Walsh crecería vertiginosamente, convertido en un conciliador de crisis sociales y un vicario de los refugiados, los enfermos y los desamparados.
En 1963 Walsh asistió a una conferencia en Chicago para tratar el problema de la religión y las razas, en medio de una turbulencia étnica en todo el país. Allí se reuniría con el líder negro Martín Luther King y otros líderes religiosos para discutir la manera de lograr la convivencia pacífica en la sociedad norteamericana.
De regreso a Miami, Walsh declaró pecaminosa la segregación racial y se comprometió con su abolición. Personalmente visitó las tiendas y empresas donde persistían condiciones de segregación. Su declaración condujo a la formación de una Junta de Relaciones Comunitarias, que ha ayudado a aliviar las tensiones raciales en Miami por las últimas cuatro décadas.
Walsh promovió y ayudó a redactar la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, en beneficio de millones de refugiados de la Isla.
En 1995 estuvo entre los líderes religiosos que viajaron a la base naval de Guantánamo con un mensaje de solidaridad para los miles de balseros cubanos y haitianos que se encontraban retenidos en campamentos allí.
Su experiencia y dedicación en temas migratorios lo llevó en varias ocasiones a testificar ante el Congreso estadounidense sobre los derechos de los refugiados. El Vaticano lo nombró como miembro de la Comisión Pontificia para Desarrollo Social y presidente de la Comisión de Inmigración y Refugiados.
Se retiró oficialmente en 1996, después de dirigir por 38 años las Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami.
Walsh fue premiado en 1999 con el Premio de la UNICEF, en reconocimiento a una vida dedicada a esfuerzos humanitarios, especialmente con los niños necesitados.
Amante de los viajes por mar desde su infancia, Walsh era también un ciclista incansable que había recorrido en bicicleta más de 30 países. El pasado año había hecho el recorrido ciclístico por el legendario Camino de Santiago de Compostela, en España. Hablaba otros cuatro idiomas además del inglés: español, portugués, francés e italiano.
Dejó escrito un libro de memorias sobre la Operación Pedro Pan y sus experiencias con los refugiados.
Su cuerpo será expuesto a partir de la mañaana del domingo en la Ermita de la Caridad, santuario de la comunidad cubana, y luego en la Catedral St. Mary, de Miami, donde el lunes habrá una misa antes de su sepelio.
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