Comienza fuerte transformación en la industria azucarera |
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AFP/ La transformación de la industria azucarera, que incluye reducción en el número de fábricas, trabajadores y tierra, comenzó ya en el pequeño ingenio Chile, con la explicación a sus funcionarios de los cambios previstos, afirmaron sus directivos.
"Estamos preparando ya a la gente para los cambios, explicándoles en qué consisten y dándoles seguridad que ninguno quedará sin trabajo", dijo Isabel Chávez, directivo de la administración de este ingenio.
Según fuentes cercanas al Ministerio de la Industria Azucarera, de las 155 fábricas al menos la tercera parte serán cerradas y 14 dedicadas exclusivamente a la producción de derivados.
Más de un 60% de la tierra utilizada hasta ahora para el cultivo de la caña de azúcar será dedicada a la producción de otros agroalimentos, mientras que varias decenas de miles de trabajadores serán transferidos a otras labores o a la superación profesional.
Para hombres como el administrador Manuel Rodríguez, que ha dedicado 38 de sus 55 años a la producción de azúcar, esto provoca "una reacción de tristeza bastante fuerte", pero "no significa para nadie desvincularse".
En su batey, de unos 8000 habitantes, se respira un ambiente de parálisis. Coches de ferrocarril para el transporte de caña totalmente limpios y aparcados, los vecinos jugando dominó, el viejo ingenio como dormido.
Sin embargo, el Chile no será uno de los centros cerrados y sus máquinas echarán a andar en la próxima cosecha, de noviembre de este año a mayo de 2003.
Supuestamente, las transformaciones de la industria azucarera suponen también garantizar el consumo nacional, de unas 700.000 toneladas anuales, cumplir sus compromisos de exportación, y sólo vender en el mercado mundial cuando "los precios del basurero", como los denominan, sean mayores que el costo de producción y dejen ganancias.
Debido a los deprimidos precios internacionales, menores a seis centavos la libra, el régimen dejó de ganar este año 120 millones de dólares, a pesar de que sus ventas fueron de 100.000 toneladas más que el año anterior.
Según fuentes oficiales, los trabajadores que sean sacados de la producción azucarera y pasen a otras labores se mantendrán bajo el control del MINAZ y del sindicato de esa industria, así como los que se recalifiquen, a los cuales se les mantendrá el salario.
Aún así, resulta un proceso social difícil, pues mucha gente está arraigada a esa industria, donde trabajan 400.000 personas y de la cual dependen 2 de los 11 millones de habitantes de la Isla.
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