AFP/ Santiago de Chile. Los textos de cartas que se remitieron Fidel Castro y el Presidente de Chile, Ricardo Lagos, sobre supuestas ayudas del régimen de la Habana a grupos radicales de la izquierda chilena, serán difundidas al público, aseguró el gobernante sudamericano en una entrevista para la edición de este sábado del semanario santiaguino Qué Pasa.

"Una vez que (la respuesta) la conozca el destinatario (Castro), ambas cartas se darán a conocer, eso es lo normal en todas partes", manifestó Lagos.

El documento de Lagos fue entregado al embajador Germán Guerrero, quien reasumirá el lunes su cargo en La Habana, tras ser convocado a Santiago para consultas por la cancillería.

La misiva de Castro fue despachada urgentemente en febrero, después que el chileno Mauricio Hernández Norambuena aseguró que se escondió en Cuba después de escapar de un penal de Santiago en 1996 y antes de participar en 2001 en Brasil en el secuestro del publicista Washington Olivetto, quien fue liberado por la policía de Sao Paulo en el reciente mes de febrero .

Hernández, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), cumplía condena por su participación en el asesinato a tiros en 1991 del senador derechista Jaime Guzmán, un antiguo asesor del ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973-90).

Las autoridades brasileñas dijeron que entre los ejecutores del plagio de Olivetto, que se prolongó 53 días, figuran los también chilenos Rodolfo Rodríguez Ortega y Alfredo Canales Moreno, que pertenecerían al mismo FPMR o al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que hace 40 años nació en Chile bajo inspiración castrista.

Las relaciones chileno-cubanas pasan por un mal momento, declaró el embajador Guerrero antes de viajar a su país.

En una posterior reunión con los senadores Gabriel Valdés y Ricardo Núñez, enviados en misión especial a Cuba por la presidencia chilena, Fidel Castro reiteró sin embargo que su gobierno cesó toda ayuda a los grupos armados que combatían a la dictadura de Pinochet apenas se reinstaló la democracia en 1990.

Según declaraciones de los congresistas, Castro aseguró que su régimen expulsó de Cuba a ex guerrilleros chilenos que ingresaron a la Isla con documentación falsa y entre los cuales habría figurado el secuestrador Hernández Norambuena.

La versión de la no implicancia cubana con grupos radicales supuestamente reactivados en América Latina fue repetida por Castro al líder derechista chileno Joaquín Lavín, alcalde de Santiago, a quien recibió en La Habana tres veces a finales de febrero.

El disgusto de Chile abarca también a Suiza, en donde consiguió asilo político Patricio Ortiz Montenegro, otro miembro del FPMR envuelto en el homicidio y prófugo junto a Hernández Norambuena.

Suiza rechazó la extradición de Ortiz, argumentando falta de garantías procesales para el acusado y la existencia en la ley chilena (hasta 2001) de la pena de muerte para reos de asesinatos agravados.

Junto con retirar temporalmente a su embajador en La Habana, Chile convocó a su representante en Suiza, Emma Falbaum.

"Es una forma de expresar molestia", dijo el presidente Lagos a la revista Qué Pasa quien señaló que Chile ya abolió la pena de muerte.

El jueves, se anunció el descubrimiento de un arsenal de 136 fusiles de combate FAL y M16, municiones, cohetes, granadas y escopetas lanzadoras que habría escondido el FPMR en 1986. El gobierno de Pinochet capturó parte del contrabando y aseguró que provenía de Cuba.

En septiembre de ese año un comando del FPMR emboscó a Pinochet matando a cinco de los guardaespaldas del dictador, quien escapó ileso del ataque.

El largo abandono del arsenal hallado esta semana indica que el FPMR no se ha rearticulado y no constituye un peligro para la democracia chilena, dijo el Ministro Secretario de Gobierno, Heraldo Muñoz.

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