El despretigio internacional del ex presidente Alberto Fujimori es de tal magnitud que son muy pocos los que se atreven a defenderlo. Pudo pasar un poco inadvertido, pero el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, le dedicó muy recientemente algunos elogios al ex mandatario peruano.

Pérez Roque en Japón. Elogios a Fujimori

El pasado 10 de marzo el procurador adjunto para Derechos Humanos de Perú, Ronald Gamarra, presentó una denuncia contra Fujimori por la presunta ejecución extrajudicial de los miembros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) que asaltaron el 17 de diciembre de 1996 la Embajada de Japón en Lima, aunque el desenlace fatal se produjo después de un asalto militar, el 22 de abril de 1997.

Es bueno recordar que el gobierno de La Habana se había ofrecido para acoger a los 14 emerretistas que mantuvieron secuestrados, durante 162 días, a más de 70 rehenes en esa sede diplomática.

La operación de rescate fue dirigida personalmente por Fujimori y la denuncia se basa, entre otros, en el testimonio de uno de los rehenes, Hiderata Ogura, que presenció la rendición de al menos tres miembros del comando del MRTA, que después fueron ejecutados.

Por otro lado, es público y notorio que Vladimiro Montesinos fue el brazo derecho de Fujimori y todavía siguen apareciendo cuentas bancarias de la fortuna que amasó con el tráfico de drogas y de armas, que se calcula en unos 1.000 millones de dólares. Según el diario El País (domingo 11 de marzo) una de las últimas cuentas, con 31 millones de dólares, fue descubierta en el paraíso fiscal de la isla caribeña de Gran Caimán.

Sin embargo, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, declaró el pasado 6 de marzo, en Tokio, que considera a Fujimori como una figura de gran "valor político", por haberse opuesto durante sus diez años de gobierno, en dos ocasiones, a las resoluciones presentadas por Estados Unidos contra Cuba ante el Comité de Derechos Humanos de Ginebra (Suiza).

"Fujimori mantuvo una política respetuosa y solidaria con Cuba", recordó el ministro cubano, quien en su intervención ensalzó la dignidad del ex gobernante peruano en sus relaciones con la isla.

Recuerdo que un amigo (cuya identidad no mencionaré por razones obvias) me contó que en 1991 había escuchado al comandante Manuel Piñeiro ("Barbarroja", ya fallecido), relatar con mucho entusiasmo cómo había montado "un operativo" para oponerse a la elección de Mario Vargas Llosa a la presidencia de Perú, en las elecciones de 1990.

Fue Alberto Fujimori quien salió prácticamente del anonimato con su denominado partido "Cambio 90" y ganó las elecciones. ¿Hasta qué punto fue decisivo el apoyo de Cuba para ese triunfo? ¿Utilizando qué medios?

Preguntas que, por el momento, quedan sin respuestas. Lo que resulta evidente es que Fujimori pagó los favores con los votos en el Comité de Derechos Humanos de Ginebra y que el canciller Pérez Roque, por esa razón, elogia su dignidad y "valor político". Nada sorprendente.