| El juego duro de Gerhard Schröder |
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| Tras una jornada de infarto, la coalición rojiverde se impone en las parlamentarias alemanas. |
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| por JORGE A. POMAR, Colonia |
Parte 2 / 2 |
Dos suicidios políticos alteraron en los últimos días el veredicto de las urnas. El primero lo cometió la actual ministra de Justicia de la coalición rojiverde, con su torpe comparación entre George W. Bush y la bête noire alemana Adolf Hitler. Aparte de la engorrosa controversia a deshora, el despiste de la ministra socialdemócrata debe de haberle hecho perder a su partido al menos un par de décimas, que pudieron haber resultado fatales. Por suerte, una nueva diatriba antisemita del vicepresidente del FDP, Jürgen Möllemann, les dio el tiro de gracia a los liberal demócratas —y de paso a las aspiraciones de la coalición opositora—, quienes se calcula perdieron 2 o 3 decisivos puntos porcentuales a consecuencia del segundo exabrupto populista de su vice en plena campaña.
Se admite igualmente que la reciente renuncia del líder de los socialistas democráticos fue el factor determinante en la catastrófica caída del PDS, un hecho que se refleja fielmente, por ejemplo, en la pérdida del 7.1% de votos en los comicios regionales simultáneos celebrados en Mecklemburgo-Pomerania Occidental. El 6,1% de votos perdidos por el PDS en ese Estado federado germano-oriental fueron a engrosar las urnas del SPD, contra sólo un 1,3% para los conservadores.
Cabe señalar aquí cuatro detalles relacionados con Cuba que evidencian la inconsecuencia ideológica y la falta de una clara línea política en unos herederos del PSUA que no consiguen desmarcarse por completo de la herencia nostálgica por la RDA:
Los actos electorales del PDS fueron amenizados por el trovador cubano Gerardo Alfonso, tanto hace unos días aquí en Colonia como el domingo de las elecciones en Berlín.
En el local del PDS ondeaban banderas cubanas, un hecho sin precedentes en todos los actos de fin de campaña —ampliamente televisados—, donde no se vio ninguna otra bandera extranjera y raras veces la alemana.
La familia de Gregor Gysi, el líder del PDS, escogió La Habana como destino de viaje, hecho que provocó el escándalo del uso indebido de las millas de vuelo.
Gabrielle (Gabi) Zimmer declaró durante una visita a Cuba que deseaba estrechar las relaciones con el PC cubano.
En resumen, hay un gran vencedor en estos comicios parlamentarios: Alianza 90/Los Verdes, que se consolida como tercer partido federal y con toda seguridad recibirá una o dos carteras más en la coalición rojiverde gobernante. Y tres grandes perdedores: los liberal demócratas (FPD) de Guido Westerwelle, que quedan bien por debajo de su ilusoria meta (18%) e incluso de su meta realista (9%), por las razones apuntadas; el PDS, que no consigue saltar el listón del 5% de votos a nivel federal ni los tres candidatos directos necesarios para mantener una presencia significativa en el Bundestag; y los partidos fragmentarios populistas y/o de extrema derecha, reducidos en su conjunto a un insignificante 3%. Aparte de eso, ruedan tres cabezas calientes: Gregor Gysi (PDS), Jürgen Möllemann (FPD) y Herta Däubler-Gmelin, ministra de Justicia socialdemócrata.
En conclusión: los rojiverdes del canciller Gerhard Schröder y el ministro de Relaciones Exteriores ganaron con susto, pero todo parece indicar que les bastará con disciplinar y cohesionar un poco sus filas para continuar rigiendo los destinos de Alemania durante los próximos 4 años. Edmund Stoiber (que por cierto, de haber ganado, habría sido el primer bávaro en la cancillería alemana) y Angela Merkel (oriunda de la RDA) deberán congelar sus aspiraciones hasta 2006. Pese al susto en las urnas y algunas pérdidas con respecto a los resultados de 1998, ni tonto ni perezoso el canciller federal demostró que es un hueso difícil de roer e impuso su ya acostumbrado juego duro en los momentos claves.
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