El año 2000 cerró con cifras relativamente bajas de balseros: sólo 64 en octubre, 263 en noviembre y 203 en diciembre.
En el año fiscal 1999 (de septiembre de 1998 a septiembre de 1999) tocaron suelo estadounidense más de 2.300 balseros, y en el 2000 esa cifra fue de 1.820.
El Servicio de Guardacostas de Estados Unidos considera que la disminución se debe a las malas condiciones del tiempo en esta época del año y al reforzamiento de los controles fronterizos. Sin embargo, varios abogados de inmigración del condado Miami-Dade opinan que el flujo migratorio de cubanos se ha incrementado a través de las fronteras y los aeropuertos.
"No hay un día en que no me llame un cubano que ha entrado por la frontera, o rompió los documentos al llegar a un aeropuerto y quiere saber cuáles son sus alternativas legales", declaró el abogado Willy Allen, con una larga hoja de servicio a los inmigrantes hispanos. Otros especialistas en inmigración apuntan que en la última oleada, muchos de los recién llegados provienen de Venezuela, tras la llegada de Hugo Chávez el poder. Sin embargo, el Servicio de Inmigración y Naturalización, INS, dijo no tener estadísticas que confirmen tal giro en el flujo migratorio cubano.
Tras la entrada en vigor de la ley de inmigración de 1997, los cubanos que llegan por aeropuertos con documentos falsificados clasifican en la categoría de arriving aliens y enfrentan dificultades para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano (CAA por sus siglas en ingles), en vigencia desde 1966. Bajo la CAA, todo cubano que toque tierra estadounidense tiene derecho a solicitar la residencia permanente al año y un día de arribar al país.
Los cubanos que llegan por las fronteras terrestres o marítimas reciben con mayor facilidad el parole (libertad bajo palabra), que les permite obtener de inmediato el permiso de trabajo y más tarde, acogerse sin grandes dificultades a la CAA.