Viernes, 24 enero 2003 Año IV. Edición 541 IMAGENES PORTADA
ECOLOGÍA
cubaeco
ARQUITECTURA
HUMOR
CONVOCATORIA
Prensa
Revista
Revista Encuentro
Envia...
Suscríbete...
Ecología
Tras la tempestad, la farsa

Un estudio sobre aspectos esenciales de la mitigación de los desastres naturales en Cuba.
por JOSé CARLOS LEZCANO Parte 3 / 3

Hay un aspecto que por su importancia merece destacarse, y es el de la aceleración de los efectos de un evento natural como consecuencia de las profundas transformaciones que han sufrido numerosos ecosistemas, algunos de ellos muy sensibles, y cuyos daños ya tienen carácter irreversible. Tal es el caso del sur de la provincia Habana, donde fue construido un dique paralelo y próximo a la costa con más de 51 kilómetros de longitud, extendido desde Majana hasta las inmediaciones de Surgidero de Batabanó, supuestamente para disminuir los contenidos de salinidad en la cuenca sur y favorecer la recarga del manto freático. Los estudios de factibilidad e impacto ambiental demostraban que la obra era un soberano disparate, pero de poco sirvieron las opiniones de decenas de especialistas en diversas ramas y los análisis efectuados por más de dos años. En realidad, la decisión de diseñar y construir el bautizado "Dique Sur", como en infinidad de otras obras, había sido tomada con antelación por el "máximo líder", y cualquier estudio representaba un esfuerzo formal que, en última instancia, sólo sirvió para agrandar una enorme carpeta, muy bien decorada, que hoy "duerme" en las gavetas de los profesionales más consagrados y de algunos funcionarios.

El "Dique Sur" ciertamente disminuyó la instrucción salina en la cuenca costera, pero en su lugar aumentó la contaminación química y orgánica, haciendo detonar diversos tipos de enfermedades de transmisión hídrica, diseminando las plagas a niveles sin precedentes, agrietando los pisos de las casas, destruyendo decenas de kilómetros cuadrados de mangle por sobresaturación acuosa y llevando las inundaciones a lugares donde antes no se recordaban. Lógicamente, la agricultura, que según la idea original sería la principal beneficiaria, siguió su estrepitosa caída, pues ningún sistema de riego, fertilizante o dique millonario puede detener su colapso.

El paso de un ciclón tropical por el sur de la provincia Habana, donde por si fuera poco se registra una de las más elevadas frecuencias del Caribe, provocaría inundaciones entre 20 y 30% superiores en magnitud a las conocidas en toda la región, arrasando potencialmente con Surgidero de Batabanó, Güanímar y Cajío, entre otros, pues el agua de mar que se vincula a la marea de la tormenta no podría evacuarse en condiciones normales, ya que el dique interrumpe su proceso natural de compensación y la disminución del manglar impide transformar el oleaje. Por tanto, los planos inundables podrían alcanzar 10 kilómetros tierra adentro, sin tomar en cuenta la precipitación pluvial, que suele alcanzar niveles extraordinarios al paso de estos huracanes. Desdichadamente, el "Dique Sur" es sólo un ejemplo del número de transformaciones graves y arbitrarias del medio natural a lo largo y ancho de la Isla, que incluye pedraplenes, presas, pozos para la extracción de hidrocarburos y tala indiscriminada, con cientos de casos debidamente registrados.

Otro factor que incrementa la vulnerabilidad es el alto grado de deterioro que presentan las viviendas en Cuba. Según cifras oficiales, solamente en la capital, alrededor del 50% presenta un estado que se evalúa de regular a malo.

Los sistemas de drenajes, cuya función es decisiva en períodos de intensas lluvias, dada su posibilidad de evacuar grandes volúmenes de agua, muestran una situación crítica en todas las urbes del país. En Ciudad de La Habana están "estranguladas" las principales líneas de escurrimiento, lo que favorece las inundaciones por desbordamiento de los ríos. Actualmente, sólo el 50% de la población capitalina es servida por alcantarillado, cuya estructura principal fue proyectada y ejecutada en el siglo XIX, con una capacidad máxima original para dar servicio a 400.000 personas, no a las más de un millón que hoy sobrecargan sus mermadas posibilidades. El 90% de la red no funciona o lo hace pobremente, por lo que las inundaciones multiplican sus estragos, alcanzando lugares sin precedentes. Todo el perímetro del malecón se ha visto seriamente afectado por sucesivas invasiones de agua de mar y, a pesar de que la magnitud de los eventos meteorológicos y la posición del legendario muro han sido esgrimidos públicamente como únicas causas del desastre, es bueno señalar que, verdaderamente, la pésima situación de la red de drenaje y la ineficiencia en el sistema de protección de las vidas y recursos materiales han jugado un papel protagónico en los efectos de cada fenómeno. Lo peor está por venir.

Salto a cont. Volver: Inicio »
1   Inicio
2   Las fases...
3   Hay un...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

El Des-Prestige
EUDEL CEPERO, Miami
La Brigada Invasora Che Guevara
EC, Miami
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.