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La Habana: El revuelo de los videos

La serie sobre la intimidad de Fidel Castro exhibida en EE UU provoca algo más que curiosidad en la Isla.
por TANIA QUINTERO  
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Los cubanos se imaginan cómo viven Fidel Castro y su familia, "pero no es lo mismo imaginárselo que verlo", dice una señora que tuvo acceso a algunos de los videos emitidos en la última semana por el Canal 23 de Miami.

La señora asegura que "no es nada del otro jueves" lo que vio, y califica de "normales" las imágenes. "Como las de la vida familiar del presidente de cualquier país. Sólo que para nosotros, los cubanos de la Isla y del exilio, resultan anormales por tratarse de una familia que durante años ha permanecido en el más absoluto anonimato", alega. Y tiene razón. En cualquier país "normal" la familia del presidente es conocida. Su esposa e hijos llevan una vida pública.

Con la llegada al poder de Fidel Castro las crónicas sociales fueron eliminadas de la prensa nacional. Dejó de importar quién se casaba con quién. Tampoco se supo quién mataba a quién. Todo lo relacionado con la vida íntima de los dirigentes, y en particular de Fidel y Raúl Castro, pasó a ser tabú. El secretismo contribuyó a tejer leyendas en las que se entremezclaban la verdad y la mentira. Nada estimula más el morbo, la especulación y la fantasía, que la desinformación y el misterio. Lo más sano hubiera sido, desde el principio, mostrar la vida de estas personas con normalidad.

El pasado verano el popular programa En Familia invitó a la sexóloga Mariela Castro Espín. El entrevistador, Alfredo Rodríguez, no mencionó que es hija de Raúl Castro y Vilma Espín. Sin embargo, en otro momento asistió al espacio la cantante Suylén Milanés Benet, hija de Pablo Milanés y Yolanda Benet (la mítica Yolanda de la canción), y en este caso sí se sacó a relucir el parentesco.

Los videos transmitidos en Miami han sido grabados por aquellos que en Cuba poseen antenas parabólicas clandestinas, por lo regular ocultas en azoteas dentro de supuestos tanques de agua y otros escondites sofisticados. Como en otros casos, los casetes grabados y regrabados pasan de mano en mano. Esta vez es la serie especial sobre Castro. Después será el Show de Cristina, programas humorísticos de Los Metiches, telenovelas, filmes o noticieros con informaciones candentes.

Al preguntársele sobre los videos a Carlos Lage, en República Dominicana, a donde viajó como enviado oficial del Gobierno a la Cumbre Iberoamericana, el vicepresidente del Consejo de Ministros los calificó de "bajeza" y dijo que él no respondía a ese tipo de acciones. En La Habana, entretanto, algunas personas los tildaron de "dulce venganza" al conocer que la responsable de su divulgación era la hija de Diocles Torralba (éste fue ministro del Azúcar hasta 1989, cuando cayó en desgracia a raíz del caso Ochoa-La Guardia).

No todas las opiniones coinciden en cuanto al video. Un señor considera que lo más negativo es "el negocio de compra-venta de visas que mencionó la hija de Diocles y que involucra al Consulado de España en La Habana, algo grave y bochornoso si se sabe que últimamente los españoles planchan a casi todo el mundo, una actitud que no corresponde con lo solidario que han sido los cubanos hacia ellos en otras épocas".

Según la hija de Torralba (Dashiell), en la supuesta corrupción del Consulado de España en La Habana estaría implicado Antonio, un hijo de Fidel Castro con Dalia Soto del Valle, el mismo con el cual ella había mantenido relaciones (junto con los videos corre por la capital el rumor de que un hijo de Castro se casó con una muchacha que desconocía la verdadera identidad del novio. También se dice que a la boda asistió el padre, y que la novia era un temblor: una historia como sacada del Ducado de Luxemburgo).

Más conocido por Tony, este Castro Jr. es médico ortopédico y desde hace poco trabaja con la selección nacional de béisbol. Tony no es noticia sólo ahora; unos meses atrás el semanario Trabajadores le dedicó casi una página, sin decir, por supuesto, de quién era hijo. Tampoco Julia Osendi, reportera del noticiero deportivo de la TV cubana, lo vinculó a su padre cuando lo entrevistó acerca del estado de salud del pitcher Maels Rodríguez, hospitalizado por una hernia discal.

Solamente en determinados círculos se sabía quién en realidad era este Antonio. Castro es un apellido bastante común en Cuba —en el Directorio Telefónico 2002 correspondiente a la Ciudad de La Habana aparecen cerca de 300 usuarios con ese apellido— por lo que no llama la atención.

Alguien ha dicho que "los hijos no se parecen a sus padres, sino a su época". Es una situación natural contra la cual padres, abuelos y bisabuelos nada pueden hacer. Hay casos y casos. Jorge Massetti siguió los pasos de su padre, el guerrillero argentino Ricardo Massetti. Después, es cierto, le dio la espalda a la subversión en América Latina, para la cual Cuba lo entrenó como agente. Pero no se puede negar que fue un "hijo de su padre". Tony, en cambio, ha caminado otro sendero. Y hoy parece más una versión criolla del Príncipe Alberto de Mónaco que un seguidor de la revolución verde olivo. Sólo que con pelo y mejor parecido.


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