| Las coordenadas del sube y baja |
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| Cambian las categorías boxísticas: nuevas variaciones en los pesos, estilos y estrategias. |
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| por JORGE EBRO |
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Tan pronto como en el próximo campeonato nacional de boxeo Playa Girón, que se celebrará en Las Tunas del 23 al 30 de enero, entrarán vigor las nuevas disposiciones de la AIBA para reestructurar las divisiones de combate en el boxeo. De modo que veremos, en menos tiempo del esperado, un sube y baja apresurado de libras y el triste despido de los gigantones.
En ediciones pasadas, CUBAENCUENTRO.COM había informado que la división superpesada quedaba eliminada de por vida. Sin embargo, ello no quiere decir que no veamos compitiendo a hombres de más de 200 libras, porque si desaparece la división de más de 91 kilogramos, surge ahora la de 95.
Es decir, lo que el boxeo trata de borrar es la enorme y, en muchas ocasiones, abundante disparidad que se producía sobre el cuadrilátero en la categoría de los mastodontes, donde era común ver competir a un púgil de 92 kilos contra uno de 110. Como la división era más de 91, cualquier diferencia de peso era permitida en detrimento del espectáculo.
De esta forma, la AIBA da un paso inteligente. Su primera disposición: eliminar a todos aquéllos que desplazaran sobre la báscula más de 91 kilogramos, hubiera sido otro duro golpe a un deporte que está necesitado de atraer grandes cantidades de público para poderse sostener en las citas mundiales y olímpicas.
El surgimiento de los 95 kilos como categoría inmutable decreta el fin como boxeadores de los superpesados Alexis Rubalcaba, Leonardo Enrich y, sobre todo, de Pedro Carrión, en quien se habían depositado grandes esperanzas para la cita de Atenas 2004. A estos hombres su soberbia humanidad corporal les impide hacer el peso indicado.
Afortunadamente, la reducción que el COI le pidió a la AIBA no fue tan profunda como se esperaba, aunque obliga a un reajuste de divisiones y de pesos en todo el mundo boxístico. De ahora a enero mucho tendrán que sudar los púgiles nacionales para poder integrarse en el nuevo esquema que se espera esté vigente por largo tiempo.
Intocables se mantienen las categorías de 48 kilos, 51, 67, y 71. La de 54 asciende a 55, y las de 56 y 60 se funden en 59. La de 63.5 da paso a la de 60, la de 75 se convertirá en 76; 81 pasa a ser 82 y aparecen las de 88 y la ya mencionada de 95.
Hombres como Yan Barthelemi, Yuriolkis Gamboa, Maikro Romero y Lorenzo Aragón, probados en sus pesos, no verán alteradas sus rutinas de entrenamiento, pues sus divisiones han pasado sin problemas los vientos de la reestructuración. Sin embargo, otros como Guillermo Rigondeaux, Mario Kindelán y Diógenes Luna tendrán que sudar o comer más según se decida hacerlos pasar a una u otra categoría.
Ya se sabe, por ejemplo, que el pesado capitalino Odlanier Solís, el sucesor de Félix Savón en los 91 kilogramos, será el principal exponente en la nueva división de 95. Solís, que brillaba en su peso original por su rapidez y no por su pegada, tendrá que trabajar bien fuerte con su tonicidad muscular para vencer en la nueva categoría más alta del boxeo.
Así, de un modo o de otro, todos los boxeadores, desde la preselección nacional hasta los humildes equipos provinciales necesitarán hacer cambios en sus estilos y estrategias, porque ya el resto del mundo ha dado pasos en esta dirección.
De todas maneras, la meta principal del país es continuar manteniendo la hegemonía en la próxima Olimpiada. En dos años, los cuerpos de los boxeadores ya deben haberse aclimatado a sus nuevos pesos y la principal cantera de medallas doradas de la Isla tendrá su maquinaria lista y ajustada para continuar dando campeones.
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