| Los orígenes del alzamiento (I) |
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| Una serie que desvela, a través de uno de sus protagonistas, la historia de la guerra de guerrillas contra el régimen de Fidel Castro. |
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| por HéCTOR MASEDA |
Parte 1 / 2 |
José Manuel Ríos Ramos, conspirador clandestino primero y guerrillero después, sufrió presidio político durante diez años. Actualmente preside el Grupo de Apoyo al Colegio de Pedagogos Independientes de Cuba, organización parcialmente tolerada por Fidel Castro.
Comenzó a conspirar contra el castrismo a inicios de los 60: la intolerancia religiosa del régimen —unida a una demagogia que comenzaba a parecerle funesta— lo impulsaron a tomar el camino de la oposición. Para él, no había otra salida. Más tarde decidiría alzarse en armas.
"Nunca simpaticé con el nuevo régimen —señala José Manuel Ríos Ramos—, lo que hacía iba contra lo que predicaba públicamente. Hablaban de las cosas malas del régimen anterior (Batista) y ellos eran peores. Yo fui testigo del hostigamiento a que sometieron, en muchas ocasiones, a Venancio Pérez Clara, pastor del templo bautista radicado en la finca matancera "La Botina", en Arcos de Canasí. Un día de enero de 1961 fuerzas del ejército de Castro tirotearon aquel santuario porque les molestaban las prédicas del religioso, que condenaba la guerra, el odio y la destrucción de la familias. Pérez Clara tuvo que huir y abandonar a sus fieles para que no lo capturaran. Finalmente, no le quedó más remedio que unirse como pastor a los insurgentes que operaban en la zona. Fue capturado luego de un cerco, enjuiciado y encarcelado. En dos ocasiones intentó fugarse. Por último, fue condenado a muerte y fusilado".
"Fue entonces que decidí conspirar contra el Gobierno en unión de otros jóvenes. Nos reuníamos y hablábamos de las barbaridades cometidas por las autoridades. Conocimos por aquellos días a Jorge Fundora, miembro del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) que dirigía el doctor José Miró Cardona, ex primer ministro de Castro. Creamos una célula clandestina. Comenzamos a operar en la región de las Yagrumas, Valle Elena, La Botina, Camarones y Picadura, en la provincia de Matanzas. Realizamos algunos actos de guerra: quemar campos de caña, poner bombas de fabricación casera, sustraer las pesas de los basculadores cañeros desde la zona donde se ubica la finca "Fazenda" hasta los límites del central "Hersey", actual "Camilo Cienfuegos", en Santa Cruz del Norte. Con estas acciones, pretendíamos que el Gobierno no pudiera controlar la producción cañera llevada al central".
El régimen incrementó la represión. Estructuró a sus delatores a todos los niveles. La célula a la que pertenecía Ríos Ramos, que había viajado a La Habana, debió abandonar la capital precipitadamente. A raíz de ello, el grupo recibe la orden de alzarse definitivamente en Matanzas.
"Las investigaciones en torno a los jóvenes que no éramos incondicionales al Gobierno —continúa José Manuel— arreciaron. Habíamos huido a La Habana porque el G-2 (policía política) emitió una orden de captura contra nosotros. En la capital, el MRR nos escondió en varias viviendas. Pudimos conocer a algunos de sus dirigentes nacionales. A los pocos días, tuvimos una reunión en La Habana Vieja. Fuimos sorprendidos por la Seguridad del Estado. Hubo un intercambio de disparos y los seis que participábamos logramos escapar. Así se decidió iniciar la guerra de guerrillas en Matanzas".
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