¡Arriba con los condones! |
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Diciembre comenzó con la observación del Día Internacional del SIDA. ¿Pero alcanza un día para tomar conciencia sobre esta crisis mundial? |
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por ILEANA FUENTES |
Parte 1 / 3 |
En África del Sur, 4.7 millones de personas —de una población de 44 millones—, han sido diagnosticadas con el virus de inmunodeficiencia adquirida. El 20% son hombres; el 25% de las mujeres embarazadas están infectadas. En el resto del continente africano, las estadísticas fluctúan entre el 5% y el 20%. En algunos países de África, una de cada cinco personas tiene SIDA.
Hace 20 años, cuando en Occidente brotaron los primeros casos de cáncer de la piel y pulmonías recurrentes de origen atípico y raro, el SIDA se consideraba una enfermedad "de maricones y drogadictos". En el transcurso de dos décadas, han muerto 21.8 millones de personas en el mundo a causa de esta enfermedad; a fines del 2000 había 36.1 millones de personas infectadas, incrementándose esa cifra a razón de 15 000 personas por día, unos 5.3 millones en el transcurso del año 2000.
Con 13.2 millones de huérfanos por concepto del SIDA, se puede afirmar que lo de homosexuales y drogadictos quedó atrás. Hoy esta epidemia es de todos, especialmente de las mujeres y los niños. Cabe aclarar que no de todas las mujeres: predominantemente, de las mujeres heterosexuales. En un estudio realizado hace varios años se reveló que las mujeres lesbianas corrían muy poco riesgo de adquirir el virus por vía sexual, dado que el intercambio de líquidos entre dos cuerpos femeninos, por mucho que sea el desenfreno, es mínimo o nulo.
Entonces, y con perdón de nuestros renuentes hombres: el problema estriba en el falo. Este es un asunto serio y descarnado, porque el tema del SIDA es igualmente serio y descarnado. No se puede hablar del SIDA sin colocar en el mismo centro de la tragedia la disyuntiva de los condones. Del falo, el pene, la verga, el miembro, la picha, el hierro, el sable, el fusil, la cabilla, el machete, el palo, el puñal, el bate, el tolete, el cañón, la tranca... ¡y los condones! Con tantos referentes bélicos, no hay duda que nos enfrentamos ante un órgano esquizofrénico que como talismán, da vida, y como arma desenvainada, puede ser letal.
Razón por la que la palabra "renuentes" es muy importante. Quiere decir "que no quiere colaborar". Los hombres en general, y los latinos en particular, se niegan a usar condones. Que si no sienten lo mismo, que si la fundita es muy molesta, que si no se transmite el mismo calor. Yo, yo, yo. Falo, falo, falo. Por ese falo pasa el semen y si el cuerpo del que pende el miembro tiene SIDA o ha sido diagnosticado VIH positivo, entonces lo transmite. Los falos rasgan los orificios constringidos, los tejidos delicados. De ahí que el virus pase a la sangre por una herida o lesión. De ahí que penetre por las paredes de la vagina o por las del recto con cada disparo potencialmente mortal.
¡Nunca pudo imaginarse a sí mismo ese órgano hermoso como misil de destrucción masiva! Pero impúdico y exhibicionista, eso es lo que es. ¿Quiénes fueron los primeros en adquirir el virus? Todo parece indicar que los hombres homosexuales y hombres —y algunas mujeres— de adicción intravenosa. También los de ambos sexos que habían recibido transfusiones de sangre contaminada. En África del Sur fueron primero los homosexuales blancos, cuando el país se debatía en el conflicto del apartheid. No fue hasta finales de los setenta que el virus penetró la población negra. Y lo ha hecho con despiadada rapidez.
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