| La juventud y la retórica del poder |
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| Alcohol, tabaco y pérdida de valores: el resultado del sistema educativo oficial. |
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| por CARMELO DíAZ FERNáNDEZ |
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Durante muchos años la asignatura de Moral y Cívica fue eliminada de los planes docentes en los centros educacionales y hoy, cuando los resultados obtenidos por Gobierno han sido funestos en relación con la preparación íntegra de los estudiantes como hombres plenos para convivir armoniosamente en la sociedad, funcionarios de la dirección del Ministerio de Educación, orientados y fiscalizados por la élite gobernante, han trazado pautas a seguir en pos de rescatar los valores éticos perdidos en nuestros niños y adolescentes.
Nuevos planes y programas, totalmente politizados, han surgido a raíz de esta situación, siendo los medios informativos y los voceros del régimen los encargados de pregonar la consigna: "Al rescate de valores".
Durante meses se estuvo propagandizando este eslogan como parte de un programa dirigido por el Estado y el Ministerio de Educación. Términos como "internacionalismo" resurgen como un valor inherente a la juventud, distorsionando los verdaderos sentimientos que encarnan en sí los valores del hombre.
Las auténticas cualidades humanas han sido sustituidas por un lenguaje bélico, lleno de improperios, que sólo propiciará la enajenación en niños y adolescentes.
Disponibilidad, bondad, honradez, sinceridad, respeto, amistad, honestidad, dignidad, lealtad, perdón y amor son conceptos que educan, conducen hacia nuevos horizontes y trascienden mucho más allá de nuestras fronteras. Pero son ignorados por el régimen porque contradicen la imagen estereotipada del "hombre nuevo".
Mientras está cursando estudios primarios, el niño percibe la influencia de sus padres. Sin embargo, esta asistencia termina al ingresar en el nivel medio. Cuando más urgente y necesaria es la relación padre-hijo, más distante se presenta. Las Escuelas en el Campo y las Escuelas al Campo son un ejemplo palpable.
El adolescente carece de la experiencia necesaria para enfrentar los retos que impone la vida cotidiana. Su cuerpo, su modo de pensar y de ver las cosas sufren cambios en esta etapa. Nuevas reacciones e intereses lo impulsarán a investigar y transitar por un laberinto emocional que hace necesaria la oportuna presencia de sus progenitores. Lo contrario lo puede conducir inevitablemente al descalabro sentimental y a la frustración.
Las Escuelas en el Campo han demostrado ser el método más efectivo para el fraccionamiento de la familia, a lo que se suma el papel que desempeñan los medios de difusión masiva en la orientación del adolescente. En lo que a sexo se refiere, por ejemplo, a veces se estimula la práctica indiscriminada y enajenante de las relaciones sexuales sin que éstas estén avaladas por patrones morales como la fidelidad y la lealtad a la pareja, que conduzcan a una futura vida conyugal satisfactoria.
El alcoholismo es otro fenómeno que se afianza con fuerza en nuestros jóvenes, quienes por falta de espacios y de esparcimiento que colmen sus expectativas y necesidades personales, buscan en el alcohol una fórmula de escape.
El régimen por un lado proclama: "Aleja a tus hijos del alcohol" y, por otro, distribuye por doquier pipas de cerveza y vende ron a muchachos que aún no alcanzan la mayoría de edad. Fumar y beber son prácticas habituales entre los jóvenes.
Al mantenerlos separados de sus familias, el régimen los manipula a su antojo. Al tenerlos disponibles a tiempo completo y carentes de las orientaciones de sus padres, maneja sus mentes y sus conductas de acuerdo a sus intereses.
El carácter antidemocrático del régimen castrista no permite ninguna de las libertades inherentes a los seres humanos, como tampoco permite que otras fuerzas educativas entren en ejercicio en nuestro país, para de ese modo poder llevar un nuevo contenido docente a nuestra juventud, que tanto lo necesita.
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