Tres cubanos se declaran inocentes de acusaciones de contrabando |
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por IVETTE LEYVA MARTíNEZ |
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Tres cubanos residentes en Miami se declararon inocentes de participar en operaciones de contrabando humano desde la Isla.
Miguel Armas Plasencia, de 47 años, Pedro Arrieta, de 31 años y William González, de 26, comparecieron el miércoles ante un tribunal federal de Miami para responder a las acusaciones de conspirar para introducir ilegales dentro de Estados Unidos. Habían sido detenidos el 25 de enero, a pesar de que la acusación se encontraba en un tribunal de Cayo Hueso desde el día 9 de ese mes.
Otros dos residentes de Miami, Mario Vilan Polier, arrestado el mes pasado, y Joan Alberto García, quien no había sido arrestado hasta el miércoles, también enfrentan cargos relacionados con el contrabando de cubanos a través del Estrecho de la Florida.
En un caso que revela la cooperación entre La Habana y Washington, las autoridades estadounidenses indicaron que los acusados participaron en una operación de contrabando con lancha rápida el 9 de agosto del 2001, mediante la que llegaron a Islas Marquesas, al oeste de Cayo Hueso, 22 inmigrantes ilegales cubanos.
La lancha, propiedad de Armas, había sido investigada el año pasado durante cinco meses por las autoridades estadounidenses.
La acusación federal indica que la embarcación fue perseguida por los guardafronteras cubanos el 16 de mayo, cuando se acercaba a las costas de la isla, y precisa que Armas y González fueron vistos el 10 de julio a unas 20 millas de Cuba, y también que dos días antes del 9 de agosto tres de los acusados se encontraban con la embarcación en Cayo Hueso.
De ser hallados culpables, los hombres podrían enfrentar penas de hasta 15 años de cárcel.
El abogado de Arrieta, Mauricio Aldazábal, indicó que la acusación revela la cooperación entre Cuba y Estados Unidos. "Al parecer (...) ellos [Cuba] proporcionaron al menos una pequeña asistencia. Eso es algo totalmente nuevo", afirmó.
El próximo lunes 11 de febrero comenzará en Miami el juicio a otros dos cubanos acusados de contrabando de personas, Roberto Montero Domínguez, de 30 años, y Osvaldo Fernández Marrero, de 35. Ambos enfrentan cargos relacionados con una frustrada operación de contrabando el pasado verano, que culminó en el naufragio de la embarcación y la muerte de seis personas, entre ellas la esposa y dos hijas pequeñas de Fernández.
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