A pesar de los problemas económicos, Argentina recibió el año 2001 festejando a ritmo de petardos y música bailable. No fue raro escuchar ritmos cubanos alegrando las celebraciones sobre todo los de Celia Cruz, que por acá arrasó con su hit La Vida es un Carnaval, canción que ha recorrido el mundo en diferentes idiomas y cuyo autor es argentino.

En nuestra lengua es la diosa cubana quien la interpreta como nadie y cautivó al público argentino, algo hasta ahora difícil para los músicos del exilio, puesto que acá, los ritmos de la isla eran y son consumidos mayormente por adeptos del Gobierno cubano.

Pero, ¿a qué se debe esta aceptación?

Es evidente que Celia Cruz logró romper esta barrera, porque el gusto del público está cambiando; ahora en las radios y en la televisión se escuchan músicas del Caribe que según comentan algunos entendidos era impensable tiempo atrás. También vale destacar que la reina de la salsa, corre mejor suerte que Gloria Estefan. A diferencia de esta última, Celia Cruz, llena teatros (en la capital y en el interior) y vende muy bien sus discos, mientras que la Estefan no tiene el mismo poder de convocatoria, aunque sus trabajos se escuchan bastante por la radio.

¿Por qué?

Puede ser una cuestión de imagen. Mientras para los argentinos Celia Cruz es una señora encantadora, a la que Castro le impidió visitar a su madre anciana, Gloria Estefan es una anticastrista acérrima, con una imagen muy dura. Su padre participó en la invasión de Bahía de Cochinos y no hace mucho tomó partido en el caso del niño balsero Elián González.

Otro dato importante es que en sus entrevistas siempre termina hablando de política.

Tampoco hay que olvidar que por muchos años Silvio Rodríguez y Pablo Milanés (ambos en las antípodas políticas respecto de Gloria y Celia) reinaron en el corazón de los sudamericanos del Río de la Plata, pero finalmente hay que esperar que el trabajo y la constancia hagan que esta estrella cubano-americana que es Gloria Estefan logre lo mismo que su compatriota Celia Cruz, conquistar a un público que hasta hoy le ha sido reacio.