Superliga: Como el buen vino |
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La excelente actuación del veterano lanzador Orestes González ha sorprendido a los espectadores. |
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por IVáN GARCíA, La Habana |
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"Mientras más añejo, mejor". Eso pudiera decir el diestro de la provincia de Pinar del Río, Orestes González. De 6,2 pies de estatura y 195 libras de peso, a sus 36 años González era considerado un descarte del béisbol nacional.
Hace sólo seis años, producto de una nefasta política de los jerarcas que rigen los destinos del deporte en la Isla, de forma masiva y alocada fueron despedidos peloteros veteranos con una probada trayectoria en nuestros clásicos.
La decisión tenía por argumento darle paso a nuevas figuras. Entonces le dijeron adiós a estrellas como Ermidelio Urrutia, Lázaro Junco (el segundo mayor jonronero de la Isla, con 405, detrás de Orestes Kindelán, líder con 487) y Romelio Martínez, fornido slugger poseedor de la mejor frecuencia de vuelacercas, con uno cada 12,9 turnos al bate.
Entre más de 50 jugadores forzosamente jubilados se encontraba Orestes González. A modo de paliativo, le dieron la oportunidad de jugar en el mediocre torneo amateur de Nicaragua. Allí hizo sus deberes con éxito y regresó a la Isla a ejercer como preparador, pero fuera del terreno se sentía extraño.
En el béisbol nacional se cree que un pelotero con más de 30 años de edad está acabado. Con sus 36 a cuestas, era lógico que Orestes no despertara el interés de ningún manager. En la temporada pasada retornó como pitcher tapón y lo hizo de maravillas, pero cuando ha explotado en toda su dimensión ha sido en la presente campaña.
Salvó 25 juegos, implantando récord; ganó 8 y su promedio fue de 2,37. Hizo méritos e integró el equipo Occidentales de la Superliga. Y no lo puede hacer mejor. Ha ganado 4 con dos salvados y es líder en promedio de carreras limpias, con 0,73.
Posee una recta de más de 90 millas, que tira de cortalazo, buena slider y excelente sinker, además de mucha maldad y sangre fría.
Desde ya su nombre suena con fuerza para integrar la selección nacional. Aún habrá que esperar a que termine la Superliga, que, por cierto, está muy reñida.
La tabla de posiciones es un cachumbambé trepidante. Occidentales es líder, con 11 y 9, pero a media raya lo acechan Habaneros y Centrales, con 10 y 9. Orientales está en último lugar, con 8 y 12.
Lo más destacado en la semana es el bateo del hombre proa de Occidentales, Luis Felipe Rivera, líder en hits con 28 y promedio de 354. Tras su enfermedad, reapareció Super Kendry Morales (Habaneros), y lo hizo con el bate caliente; bateó de 15-6 para 400, con 3 tubeyes y 3 remolques.
Desde el box lució el zurdo de 19 años, Zaidel Beltrán (Centrales), quien venció el pasado domingo a Habaneros, al maniatarlo en 8 innings con una carrera, 4 hits y 5 ponches.
Pero lo más espectacular es el regreso de Orestes González. A sus 36 años, piensa que puede hacer lo suyo en el béisbol. Y lo está haciendo.
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