| En busca de los goles perdidos |
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| El equipo cubano no representó un peligro para nadie en la pasada Copa de Oro de la Concacaf. |
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| por JORGE EBRO |
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La actuación de la selección cubana de fútbol en la Copa de Oro no puede catalogarse de mala, pero tampoco de buena. Es como si su planteamiento táctico se hubiera detenido en el tiempo y estuviese condenada a eternos empates que finalmente le han impedido pasar a fases superiores en los eventos en que participa.
Ya se sabe. Los jugadores cubanos no tienen que envidiarle, en el aspecto físico, a los brasileños o los argentinos. Son capaces de estar corriendo sin cansancio por toda la cancha e incluso alguno que otro exhibe destellos que le permitirían triunfar en cualquier liga de primer nivel.
Es el esquema de juego el que hace la diferencia. Es la cercanía al arco enemigo la que paraliza la acción ofensiva e impide el surgimiento de los goles. En el fútbol los empates no siempre bastan y la definición por penales es una traicionera arma de doble filo, donde los cubanos siempre han llevado la peor parte.
Resulta discordante ver como los criollos manejan bien el balón en la media cancha, pero se muestran incapaces de coordinar el ataque final. Es entonces el momento de la desesperación, del tironazo más que del pase. Cuando resuelvan esta asignatura pendiente es que podrán aspirar a más en eventos internacionales.
Esto es algo que ha reconocido en innumerables oportunidades el técnico peruano Miguel Company, un acertijo que, al parecer, todavía no ha logrado resolver. Tal vez la única solución la pueda ofrecer un mayor número de topes con equipos de mayor calibre.
Por ejemplo. En el juego contra Sudcorea, las estadísticas muestran que los asiáticos realizaron 16 disparos al área de peligro, mientras que Cuba hizo solamente dos. La diferencia es abrumadora, y sencillamente con números como esos no se puede aspirar a la victoria.
Esta sequía de goles podría agudizarse si se toma en cuenta que uno de los dos jugadores que desertaron de la selección es el ariete Alberto Delgado, el líder atacador y tal vez el único que tenía un verdadero olfato para penetrar la portería rival. En el once cubano no hay otro como él.
Con su accionar incansable y su desplazamiento inteligente, Delgado había despertado la admiración de los especialistas y de la prensa, y no hay dudas de que podrá hacer un buen papel en la Liga Profesional de Fútbol de los Estados Unidos (MLS), que ya ha mostrado interés en él.
Desde el punto de vista del fogueo, la Copa de Oro fue muy positiva para Cuba. Estados Unidos y Sudcorea están clasificados para la próxima Copa del Mundo que tendrá sede compartida entre los segundos y Japón.
Estamos hablando de dos equipos con cierto nivel, especialmente los norteños, que han dado un tremendo salto de calidad gracias a su propia liga y son capaces de derrotar sin problemas a una selección como la mexicana, que en el pasado era la dueña y señora de la Concacaf.
Ciertamente, Cuba no se vio arrollada por ambos conjuntos, pero tampoco representó un peligro evidente. De modo que la escuadra de la Isla regresó de Pasadena no con las manos vacías, sino con un poco más de experiencia y unos cuantos videos de juego para analizar en la soledad de los camerinos. Lo que no es poco.
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